Donde está la paz, el silencio. Donde está la llave que abre las puertas. Ese es el lugar donde quiero ir, en el espacio donde reposar el alma. Ahí me encojo y adormezco. En el sonido tierno de un enjambre de delicadas alas. En el espacio que se aquieta en el alma de un soldado tras la batalla. En un bajel para navegar entre corazones solitarios, expuestos, abiertos y por suaves vientos impulsado.
Quiero evitar los ruidos. Hay demasiadas cosas y ninguna. Todas las personas son nadie. Demasiados regalos.
Todo se abre a mi paso y el futuro se diluye en mi corazón como un velero varado en ninguna playa, en ninguna parte, en el recuerdo.
Quiero dormir un instante. Descansar la cruzada. Olvidar los muertos. Quiero mirar la luz tras la tormenta. Quiero ver el primer rayo. Sonreír y decir, ahora soy, todo es, este es el momento buscado. El momento durante tanto tiempo esperado. Quiero sentir tu risa acariciando mi mano. Otra vez, como siempre. Abrir las puertas, saciar la sed, beber despacio. Dame la llave, mira mis ojos. Seamos.
Quiero evitar los ruidos. Hay demasiadas cosas y ninguna. Todas las personas son nadie. Demasiados regalos.
Todo se abre a mi paso y el futuro se diluye en mi corazón como un velero varado en ninguna playa, en ninguna parte, en el recuerdo.
Quiero dormir un instante. Descansar la cruzada. Olvidar los muertos. Quiero mirar la luz tras la tormenta. Quiero ver el primer rayo. Sonreír y decir, ahora soy, todo es, este es el momento buscado. El momento durante tanto tiempo esperado. Quiero sentir tu risa acariciando mi mano. Otra vez, como siempre. Abrir las puertas, saciar la sed, beber despacio. Dame la llave, mira mis ojos. Seamos.
8 comentarios:
Pues leyendo esto me da por desear las mismas cosas. Como siempre tus textos me transmiten paz. Me gustó mucho Diego, un abrazo.
Me alegro de que te produzcan eso, Andrea, porque me proporciona un placer añadido a mis sentimientos al escribirlo.
Muchas gracias por tus palabras.
Un abrazo.
Diego
Deberé empezar a acostumbrarme y dejar de sorprenderme, Diego. Acabo de terminar de escribir un artículo titulado: "Los momentos", hermano (aunque quizás debiera decir, más bien "hijo"). Dicen que cuando las casualidades son tantas empiezan a dejar de serlo. En unos días lo publicaré. Pero me ha gustado mucho más tu "Momento esperado". Me transporta, aunque no sé adonde y tampoco me importa.
Te quiero hacer saber que he activado nuevamente los comentarios en el blog.
Un distendido abrazo, mi querido amigo.
La llave sin duda está dentro de ti.
Gracias por regalarnos tus letras.
Besos.
Espero leer ese tu escrito, Rudy. Seguro que es especial. Para mí es un honor ser eso. Es especial y me siento orgulloso. Y esa línes está, siempre ha estado. Llevas razón. ¿La razón? Quién lo sabe, qué importa. Todo es.
Un fuerte abrazo amigo mío.
Me alegro de la vuelta de comentarios. Así hay un camino más.
Diego
Ojalá estuviese sólo en mí, Ruth. La vida es fácil,Ruth, si queremos que lo sea, pero siempre hay factores que quedan al margen de uno, aunque uno haga el máximo por encontrar la llave. De cualquier forma siempre hay que luchar por los sueños, más si esos sueños son los sueños. La vida siempre es bellísima, en cualquier forma, y hay que luchar por esa belleza.
Un beso.
Diego
Cuando deseas con tanta fuerza... todo se logra!
un beso
Ojalá sea cierto.
Otro beso más. Y gracias por este largo paseo.
Diego
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