He tenido noches muy oscuras, y muy largas y muy frías; tan frías como el suelo en el que me sentaba, en un diminuto cuartito vestidor…
Sentada, apoyando mi cabeza sobre mis rodillas, llorando… Sosteniendo en mi mano… un arma; un arma más fría que la propia noche…
Nunca olvidaré… su tacto, el tacto de ese arma… su tacto siempre helado.
La acariciaba… la miraba… y pensaba… lo fácil que era apretar su gatillo… y ya… se acabó. Era demasiado fácil… Sólo había que tener un poco de valor.
Necesitaba descansar, dejar ya de luchar…
Sentada, apoyando mi cabeza sobre mis rodillas, llorando… Sosteniendo en mi mano… un arma; un arma más fría que la propia noche…
Nunca olvidaré… su tacto, el tacto de ese arma… su tacto siempre helado.
La acariciaba… la miraba… y pensaba… lo fácil que era apretar su gatillo… y ya… se acabó. Era demasiado fácil… Sólo había que tener un poco de valor.
Necesitaba descansar, dejar ya de luchar…
6 comentarios:
Plasmas la agonía del querer escapar y no saber muy bien a donde
Saludos
Si, demasiado fácil, demasiado difícil.
Bicos pensativos.
Hola! yo colgé también un escrito sobre eso.
Como estás?? te mandé un correo.
besos
LLUM
Gracias, 40añera, por estar.Un placer.
Un saudo
Demasiado, sí,demasiado.
Un beso sin pensar.
Hola guapa.
Sí, recuerdo algo de tema parecido, pero lejano al origen, creo recordar.
Ando bien, ¿y tú? Miraré el correo, cada vez estoy más desastrado.
Un beso, Llum.
Publicar un comentario