19/6/09

Deleite


Cuando todas las golondrinas hayan vuelto comenzaré a pensar que hay bellos sueños. Cuando lluevan pompas de jabón, de mil tonos, miraré al cielo y estaré en lo cierto. Mira. Mira hacia arriba. Ahí está la verdad.

Cuando el silencio me hable, creeré. Seré entonces. Y del desierto traeré un jardín de flores, de tímidas palabras, para que las hilvanes con tu mirada. El color será, en ese momento, todos los colores.

Quiero respirar el aire que de ti emana como el hálito supremo de la vida.

Creo. Pero sólo creo en ti. Fuera no hay nada. Despeja las dudas. Danza. Mueve tu cuerpo al compás de la música. Baila. Eleva tu alma. Ven hacia mí con la mirada que abraza. Envuelta de seda y aromas de espliego. Ven. En la brillantez de la noche, bajo un firmamento nuevo, seremos la vida. Y al despuntar el alba jugaremos a ser lo que somos, unos niños pequeños. Nos daremos la mano. Sonreiremos. Sabré entonces que estoy dentro, muy dentro, de tus sentimientos. Tú serás en mí. Me mirarás lento y me dirás con suavidad, soy en ti, estoy aquí. Me quedo.

La primavera, rodeada de lirios, habrá vuelto. El final será, otra vez, el comienzo. Un bello, perfecto y eterno comienzo.

4 comentarios:

AnDRo dijo...

Da mucho gusto volver a leerte. Hoy, siendo un día lluvioso como los que me encantan, fue el toque perfecto invadirme de tus letras. Exquisito relato, mi niño.

Un beso!

Andro.*.

Anónimo dijo...

Hola Andro.
Siempre es un placer saber de ti. Me alegro que la lluvia te rodee, sé lo que es para ti. Aquí en cambio hace un calor de muerte.
Muy agradables tus palabras. Me alegro de que te guste el escrito.
Un beso. Ya hablamos.
Diego

Anónimo dijo...

Bellísimo. No tengo palabras. No puedo decir nada más que eso...

Anónimo dijo...

Gracias. Sólo gracias. Es un placer oír algo así. Te lo agradezco.
Diego