Me voy a ir despidiendo de esta página y de sus lectores. Hace tiempo que lo vengo pensando y creo que ya es llegado el momento. Las razones es que no hay razones, razones precisas, o sí, pero no las tengo muy claras, al igual que tampoco las tuve a la hora de crearla y mantenerla (sobre todo mantenerla).
No voy a dejar de escribir, porque es lo que me gusta, pero ya no aquí. Seguiré en un proyecto de revista y poco más, y en libros si fructifican los que tengo abiertos o en mi cabeza y me apetece hacerlo. Tal vez ponga algo alguna vez, tal vez, pero no es seguro. Creo que ya no, aunque nunca se sabe, pues las cosas nunca son absolutas, como tantas veces en la vida, en mi vida, en la que aseguré que nunca más y volví, una y otra vez a tantas cosas. Soy así. Igual a los pocos meses, a los pocos días, estoy de nuevo en ella. Nunca digas nunca, porque te puedes equivocar. Los pensamientos, los sentimientos, las sensaciones, la vida, es lo que te lleva a decidir a veces por un camino u otro. Unas con acierto y otras con fracaso (muchas veces no sabemos rectificar determinadas decisiones). Espero que las mías traigan del primero más que del segundo, aunque me he equivocado tanto... yY aun en la rectificación a veces no se obtiene lo debido. En estos días colgaré todos los escritos cortos que tengo de los últimos tiempos. Los cuentos no. Los reservo para posibles futuros libros. Cuando ponga el último será el final, e irá con una despedida adecuada, breve y sencilla. Ese final será, con toda seguridad, al término de este mes. Ya no habrá más.
Siempre escribí para mí, sólo para mí, y de vez en cuando alguien cercano accedió a una minúscula parte de ello. Sin más, hasta que, en determinado momento, encontré mi alma gemela, esa persona que te hace crecer, que te plantea retos, de la que aprendes y hace que te superes, con la que haces la vida y en ella tus sueños (la escritura entre ellos). Hoy ya no está. Tampoco otra, de menor entidad en ese sentido, pero más puntual. Por tanto… Quizás sea una de las razones más importantes. Quizá la más importante. Tal vez. Pero sin duda hay más, aunque de menor interés. Así que volveré ahí, al lugar donde era en este mundo de la escritura, y de donde nunca, quizá, debí salir, porque me siento bien en él, con mis mundos, mis sueños, mi vida, la vida como la veo, como la siento, como la bebo, como la vivo, intensa, personalmente.
Quiero dar las gracias a todas y cada una de las personas que han pasado por aquí. Unas más tiempo que otras. A las que han dejado sus palabras, buenas, de aliento y de agradecimiento en su mayor parte, y a las críticas, pues todas enseñan, y todas te hacen, si las piensas, ser mejor persona, que es en verdad lo que merece la pena en esta vida; a las que sólo han pasado en silencio; a las que tienen nombre y a las que no; a las que han disfrutado y a las que han padecido con mis palabras; a las que se han emocionado con ellas; a las que han llorado, reído, sentido y vivido en ellas; especialmente a mis amigos, a los de verdad, y a las personas que quiero, que por aquí han estado y con los que siempre, de una manera u otra, han estado, están y estarán dentro de mi alma. Especialmente también a esa alma gemela, que ya no está, con la que tanto disfruté, reí, lloré, aprendí, crecí y viví, en esta página y en este mundo de la escritura, y en el de la vida, y que me hizo sacar tanto, sentir tanto y expresar tanto, pero que ya no está y que nunca lo sabrá.
Soy muy emocional y excesivamente sensible. Me dejo llevar fácilmente por las emociones, por los sentimientos, que creo, por otra parte, que es lo que se debe hacer, sentirlos y vivirlos sin miedo a perder o renunciar. Por eso empezaré a acabar, no sea que me empiece a emocionar (que lo estoy viendo venir, pues me empieza a pasar), y me eche atrás. Soy demasiado ingenuo, a veces, la mayoría de ellas. Sobre todo con las personas que más quiero y en quien más confío. Con las palabras. Y estas, en ocasiones, se las lleva el viento. Incluso las escritas, a veces también, sólo son tinta sobre papel. No me gustan las loas ni los fastos ni los oropeles. Tampoco las despedidas. Sólo quiero una sonrisa, una mirada, un abrazo, un momento de ternura. Estoy cansado y algo perdido, como ido. Necesito salir. Necesito… Quiero vivir la vida desde dentro, los atardeceres rotos, los amaneceres violentos, las noches tibias, los días suaves. Quiero vivir, vivir lento, sencillo y dentro.
Dejaré la página abierta. No la voy a cerrar por si alguien, en cualquier momento, quiere abrir, entrar y disfrutar o penar, degustar las palabras y sus sentidos. Son un fiel reflejo de mí mismo. Mi sola, única y humilde verdad, muchas veces equivocada. Así he sido y soy yo. Aquí estoy yo. Aquí estará para todo el quiera gustar, sentir, vivir, las cosas como las gusto, siento y vivo yo.
Mi gratitud eterna a todos. Ha sido un placer.
No voy a dejar de escribir, porque es lo que me gusta, pero ya no aquí. Seguiré en un proyecto de revista y poco más, y en libros si fructifican los que tengo abiertos o en mi cabeza y me apetece hacerlo. Tal vez ponga algo alguna vez, tal vez, pero no es seguro. Creo que ya no, aunque nunca se sabe, pues las cosas nunca son absolutas, como tantas veces en la vida, en mi vida, en la que aseguré que nunca más y volví, una y otra vez a tantas cosas. Soy así. Igual a los pocos meses, a los pocos días, estoy de nuevo en ella. Nunca digas nunca, porque te puedes equivocar. Los pensamientos, los sentimientos, las sensaciones, la vida, es lo que te lleva a decidir a veces por un camino u otro. Unas con acierto y otras con fracaso (muchas veces no sabemos rectificar determinadas decisiones). Espero que las mías traigan del primero más que del segundo, aunque me he equivocado tanto... yY aun en la rectificación a veces no se obtiene lo debido. En estos días colgaré todos los escritos cortos que tengo de los últimos tiempos. Los cuentos no. Los reservo para posibles futuros libros. Cuando ponga el último será el final, e irá con una despedida adecuada, breve y sencilla. Ese final será, con toda seguridad, al término de este mes. Ya no habrá más.
Siempre escribí para mí, sólo para mí, y de vez en cuando alguien cercano accedió a una minúscula parte de ello. Sin más, hasta que, en determinado momento, encontré mi alma gemela, esa persona que te hace crecer, que te plantea retos, de la que aprendes y hace que te superes, con la que haces la vida y en ella tus sueños (la escritura entre ellos). Hoy ya no está. Tampoco otra, de menor entidad en ese sentido, pero más puntual. Por tanto… Quizás sea una de las razones más importantes. Quizá la más importante. Tal vez. Pero sin duda hay más, aunque de menor interés. Así que volveré ahí, al lugar donde era en este mundo de la escritura, y de donde nunca, quizá, debí salir, porque me siento bien en él, con mis mundos, mis sueños, mi vida, la vida como la veo, como la siento, como la bebo, como la vivo, intensa, personalmente.
Quiero dar las gracias a todas y cada una de las personas que han pasado por aquí. Unas más tiempo que otras. A las que han dejado sus palabras, buenas, de aliento y de agradecimiento en su mayor parte, y a las críticas, pues todas enseñan, y todas te hacen, si las piensas, ser mejor persona, que es en verdad lo que merece la pena en esta vida; a las que sólo han pasado en silencio; a las que tienen nombre y a las que no; a las que han disfrutado y a las que han padecido con mis palabras; a las que se han emocionado con ellas; a las que han llorado, reído, sentido y vivido en ellas; especialmente a mis amigos, a los de verdad, y a las personas que quiero, que por aquí han estado y con los que siempre, de una manera u otra, han estado, están y estarán dentro de mi alma. Especialmente también a esa alma gemela, que ya no está, con la que tanto disfruté, reí, lloré, aprendí, crecí y viví, en esta página y en este mundo de la escritura, y en el de la vida, y que me hizo sacar tanto, sentir tanto y expresar tanto, pero que ya no está y que nunca lo sabrá.
Soy muy emocional y excesivamente sensible. Me dejo llevar fácilmente por las emociones, por los sentimientos, que creo, por otra parte, que es lo que se debe hacer, sentirlos y vivirlos sin miedo a perder o renunciar. Por eso empezaré a acabar, no sea que me empiece a emocionar (que lo estoy viendo venir, pues me empieza a pasar), y me eche atrás. Soy demasiado ingenuo, a veces, la mayoría de ellas. Sobre todo con las personas que más quiero y en quien más confío. Con las palabras. Y estas, en ocasiones, se las lleva el viento. Incluso las escritas, a veces también, sólo son tinta sobre papel. No me gustan las loas ni los fastos ni los oropeles. Tampoco las despedidas. Sólo quiero una sonrisa, una mirada, un abrazo, un momento de ternura. Estoy cansado y algo perdido, como ido. Necesito salir. Necesito… Quiero vivir la vida desde dentro, los atardeceres rotos, los amaneceres violentos, las noches tibias, los días suaves. Quiero vivir, vivir lento, sencillo y dentro.
Dejaré la página abierta. No la voy a cerrar por si alguien, en cualquier momento, quiere abrir, entrar y disfrutar o penar, degustar las palabras y sus sentidos. Son un fiel reflejo de mí mismo. Mi sola, única y humilde verdad, muchas veces equivocada. Así he sido y soy yo. Aquí estoy yo. Aquí estará para todo el quiera gustar, sentir, vivir, las cosas como las gusto, siento y vivo yo.
Mi gratitud eterna a todos. Ha sido un placer.
11 comentarios:
Pero Diego!!!
Nooo!! No te vayas... realmente es una pérdida enorme no leerte por estos lados!!
Leí toda tu despedida pero no podía convencerme de lo que leía. No puedo oblogarte, pero sí hay algo... debemos seguir en contacto, ok?
Conocerte ha sido muy enriquecedor y espero continuar nuestras pláticas por mucho tiempo. Recuerda que me debes enseñar cocina mediterránea ;)
Un beso enorme y espero leerte algo tuyo pronto por otro medio.
Cuidate mucho!
Moisés Pizarro
Hacia tiempo que no me pasaba por aqui! Y estoy en lo cierto con andromeda es una pena y perdida que te vayas , que no escribas , que no vuelvas , pero todo no es definitivo.
Bueno ya que no tendre contacto contigo ni lo tengo , espero poder seguir viendote y ver la bellosisima persona , que eres .
Me leere TODAS tus escrituras de este blog en verano lo prometo y si hace falta me las imprimire!
Un saludo muy cordial!
Entre lágrimas se va un amigo!
Gracias por todo!
Un abrazo!
Hola Diego: me ha entristecido tu decisión. La verdad es que será una terrible pérdida tu inminente despedida del blog. Celebro haberte conocido y haber podido disfrutar y aprender con la lectura de tus escritos. Como ha dicho el lector anterior, eres una bellísima persona.
Seguimos en contacto, besos!
Hola, no voy a ser reiterativa con lo escrito anteriormente. Sólo disfrutá de este final (aunque sea temporal), de ello también se aprende.
Un beso, Ana
Hola Andro.
Gracias por tus palabras. Es un placer oírte, como siempre. Enriquecedor para mí el conocerte. Seguiremos hablando, por supuesto. No me gusta perder personas, aunque a veces las pierda. Es un gusto estar contigo.
Lo mío siempre estará para ti.
Y en cuanto a lo de la cocina. Ya sabes... En cuanto quieras te cocinaré algunas cosas. Te mostraré España. Ya sabes que aquí tienes tu casa. Y ¿quién sabe? Tal vez, como te dije, en cualquier momento estoy por allí, a ver si de una vez consigo ver el estrecho, el Perito Moreno, la Pampa y la isla de Pascua.
Otro besazo para ti.
Diego
Moisés, chaval, cuánto tiempo, es verdad. No, no todo es definitivo. A veces no. Pero sólo en las mejores ocasiones y con las mejores personas pasan esas cosas.
Escesivas tus palabras, pero gracias en cualquier forma. Ya nos veremos. Y en cuanto a lo de imprimir, no hace falta, la página se queda abierta. Lee si te place, sé que te gusta. Gracias también por eso.
Un abrazo siempre. Gracias por lo de amigo.
Diego
Hola Mireia.
Gracias también a ti, por lo que dices y por estar siempre ahí. El placer ha sido mío y la suerte. Tú sí que me has enseñado. Y lo último, excesivo. Pero gracias por pensarlo.
Estaremos siempre en contacto. Cuando suba a Pirineos, procuraré pasarme, te lo digo y hablamos. Y de vez en cuando charlamos (si coincidimos que suele ser de uvas a peras).
Un beso.
Diego
Mi querida Ana (que mal me sonó esto, pero bueno, cuánto bueno. Sé lo que te cuesta poner aquí algo. Sólo en los momentos tremendos, en los de pérdida, como con mi amigo, por eso lo valoro en lo que es.
Sí, tratarçé de disfrutarlo, y de aprender de él, de ello, de todo. Trataré de hacerlo, la vida es tan increible que...
A ver si nos vemos por Buenos Aires de una vez, y me enseñas esos sitios y esas cosas, y sobre todo a ver si hablamos...
Un beso.
Diego
Qué mal me quedó la frase, Ana. Los nervios, sin duda. No, en serio. Me quedó mal y si escribo debo corregir.
Debe ser: ...(que mal me sonó esto),... Así.
Y lo de que me sonó mal, ya sabes, mi humor andaluz.. que a veces me trae un montón de problemas, pero yo sé que tu has conseguido entenderme y aceptarme, a pesar de ser argentina, ¿o tal vez porque eres de Buenos Aires?
Otro beso.
Diego
Nunca me han gustado las despedidas y lo que ello conllevan, pero si es tu decision supongo que he de respetarla. De todas maneras me lo tomaré como un hasta pronto, jamas como un adios. Justo ahora que me habia decidido a hacerme blog, unos se van y otros vienen o eso dicen.
No quiero perder esa constumbre insana que te dije, mas que un quiero es un necesito. Necesito por muchas cosas. Lo bello de la vida esta en no rendirse, luchar, no desistir, seria demasiado facil sentarse y dejar que la vida pase. Aunque a lo mejor te has equivocado y solo soy apariencia de alguien plano. De todas maneras, gracias por mostrarme otras formas de ver la vida.
Solo puedo desearte "baraka" en tus nuevos proyectos y tener noticias futuras sobre ello.
Un saludo y abrazo.
Pd: se me olvidó decirte que no bebo para olvidar, lo hago para recordar lo que estando sobrio me impido. Alcohol, gran compañero de soledades y profundidades.
Nada en la vida es definitivo, o no debería serlo. Nunca se sabe por donde te lleva el camino, no hay más que continuar haciéndolo. Ahí está la clave.
No pierdas esa costumbre, es de las mejores. La necesidad es la que impulsa a hacerlo. Lo sé por experiencia, aunque hay más factores. Cada uno tiene los suyos. Y sí, lo bello de la vida está en no rendirse. La vida es lo más increible que existe, sólo hay que saber verla pero para eso hay que saber mirar, cosa complicada en los días que corren, pero siempre hay personas -pocas, bien es cierto- que sepan hacerlo. No creo que me haya equivocado contigo. No eres una mera apariencia de alguien plano. Hay muchos que se creen lo que no son y van así por la vida (son los más tristes). Otros dudan de sí mismos. Otros saben lo que son. Y la mayoría es un plano inerte. Créeme. Tienes dentro, y un mundo esperándote. La vida es un lujo que no nos podemos permitir dejar de disfrutar. ¡Hay tanto en todo! Gracias a ti. Ha sido un placer, ya sabes. La "baraka" también para ti, en todo lo que hagas. tendrás noticias de ello, cuando las haya, si las hay. Me quedan muchas cosas por hacer. Muchas montañas que subir y mares que cruzar, personas de las que aprender, ciudades que pasear, palabras que escribir, libros que leer, mundos que vivir e imaginar y algún mescal que saborear... Impresionante la cultura musulmana. La llevo en la sangre.
Alcohol, compañero cierto de esos mundos en esos tiempos, sí. Lowry lo expresa muy bien. Me alegro de lo que dices, pero aun así el alcohol sobre todo...
Un abrazo.
Diego
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