27/6/09

Ternezza

Ven despacio aquí abajo. Se tú misma. Baja de las estrellas que miro. Engalánate con ellas. Rodéate de guirnaldas y abre tu alma. Tú eres la primera que me hizo sonreír. Si miras puedes ver que estoy aquí. Río mientras bailo. No pido nada. Tu mirada. En cualquier sitio, donde tú quieras, se abrirán las puertas para mirar los colores y oír la música que te invita. Dame la llave.

Algunas cosas de las que puedes hacer me hacen creer que algunas personas son todavía niños, como yo, que sonríen a la vida, que la degustan, que la imitan.

Tu dedo señala lo que debo crear, suavemente. Mirar y aprender. Siento. Aquí. Abre la puerta para que entre la luz.

En cualquier lugar que estés, estoy, ahora, como antes, como siempre. Y yo, contigo. Por eso, ven despacio aquí abajo. Se tú misma. Quiero oír tu música. La música que da la vida.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola.
Me alegro de que te guste el blog, así como que te pases y lo sigas haciendo si ese es tu deseo y te sientes a gusto leyendo lo que hay en él. Ya te comentaré.
Un placer y gracias por tus palabras.
Me daré una vuelta por el tuyo.
Otro saludo para ti desde esta parte del Mediterráneo.
Diego

Crestfallen dijo...

Muy tierno escrito :)
Saludos Diego!

Anónimo dijo...

Gracias Mireia, me alegro que te guste y que te produzca sensación de ternura.
Un saludo.
Diego