El día que sueñes mi sueño yo estaré despierto, caminando lento por las calles sin asfalto, arriba. Estaré muerto. Paredes vacías, sin color, sin cuadros…
Desde lo alto oiré el lamento, el grito, implorando, y sólo podré llorar lágrimas secas como lluvia vertida por nubes de algodón adusto, con sus formas enajenadas, deshilachadas, yertas.
El tiempo será eterno, el camino largo, y yo sólo podré darte mi amargo llanto.
Abajo, lejos de mí, una lápida de blanco mármol, fría, dirá, tan sólo: aquí yazgo. Pero si levantas la mirada podrás verme, allí, derramando mis lágrimas secas para ti, para calmar tu grito, para implorar, para decirte, sólo, lo lamento tanto.
Desde lo alto oiré el lamento, el grito, implorando, y sólo podré llorar lágrimas secas como lluvia vertida por nubes de algodón adusto, con sus formas enajenadas, deshilachadas, yertas.
El tiempo será eterno, el camino largo, y yo sólo podré darte mi amargo llanto.
Abajo, lejos de mí, una lápida de blanco mármol, fría, dirá, tan sólo: aquí yazgo. Pero si levantas la mirada podrás verme, allí, derramando mis lágrimas secas para ti, para calmar tu grito, para implorar, para decirte, sólo, lo lamento tanto.
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