25/7/12

El pañuelo


Retrato de joven ingenua. Renoir
(Un apunte sobre este cuadro, refleja la dulzura)

No pudo resistir la tentación de coger aquel pañuelo y acercárselo a la cara. Respiró su fragancia como si allí hubiese habido un alma. Y por Dios que debió haberla, pensó, diría que incluso estaba, tal era la belleza que aquel pañuelo desprendía, tanto le embriagaba. Y así quedó, aturdido, durante un instante, yaciendo en el embeleso que aquel olor le había producido, ya antes pensado, quizá sabido al ver el rostro de la mujer que lo portaba, y aquel su andar, casi como levitar, mientras caminaba, y aquellas manos que dejaron caer con aquella levedad un pañuelo de seda virgen sobre la madera de aquel banco, cuando de allí partía, dejando un halo inerte, como de extrema melancolía. Ya nada nunca, supo, sería igual.

21/7/12

Vacío

Campo de Agave. Abrahám Mendoza


Tenía la cara de lado, contra la hierba, rala. La respiración agitada. Sentía un agudo dolor en el cuello, donde tenía una rodilla, y en la espalda, aunque no sabía el porqué. Pensó que iba aperder su brazo izquierdo, sujeto en tensión, hacia atrás. Una hormiga pasó frente a sus ojos ignorando su presencia. Oyó un ruido seco. Vio como unos cuervos, más allá de donde él estaba, alzaban el vuelo y graznaban con estruendo. Un olor acre invadió su nariz. Notó cómo anochecía. Obscuridad. Nada. Pensó en colores, no supo porqué. Añil, como la congoja de un niño herido. Púrpura, como el dolor de la traición de los de su propia estirpe. Pensó en el sonido. Quizás un disparo, se dijo. Después de eso ya no pensó nada. Vacío.

20/7/12

aI. 2


Tras los días de la tempestad, como un perro enloquecido, con lágrimas de noche se despojó de sedas y quiso ser aurora para vestir rocío.

19/7/12

aI. 1

Nunca te aflijas. De cada lágrima que derrames nacerá una estrella.

8/7/12

XY. 1

La línea del cielo balanceándose, sacudiéndose arriba y abajo. Miro arriba. Es todo lo que puedo hacer.
Un conejo sale de su madriguera. Es raro. Se rasca la oreja mientras me mira. Un hombre, a lo lejos, lleva un arma, o lo parece. Tres buhos vuelan en este día que parece noche.
Es un erial de almas, de luz, de color.
El conejo se hiergue, me mira y se introduce en la madriguera.
Los colores pertenecen a nuestras miradas de cuando aún buscábamos...