22/12/13

P.N.

Una perla da vueltas sobre sí misma, en un tapete verde. El metal que la atraviesa, una pequeña barra apenas visible, parece desaparecer cuando gira, impulsada por dedos sucios que de vez en vez abandonan la escritura para acariciar la vellosidad de la nariz, o moverla.
Es innecesario decir que todo lo anterior carecería de sentido si pensamos en ambos hechos al tiempo. Aunque realmente, ¿qué ocurre? Todo hecho aislado es un universo total. ¿Si unimos dos hechos se produce una concatenación, una colisión, una suma de procesos o simplemente son dos hechos acaeciendo uno al lado del otro?
La perla gira, impulsada por mis dedos. Mis dedos acarician el vello nasal. Un hecho es posterior al otro. Físicamente ha de ser así, pero, ¿y si se producen al tiempo? ¿Sería posible?
Mi universo, a veces, debería pararse totalmente, como un reloj que dejase de mover sus manecillas en un instante, ausente al tiempo más allá del suyo propio.
Tengo que dejar de beber.

15/12/13

Nexus


Nicolás de Stael. "Le concert".
 
Esa extraña combinación que surge del adentro, hoy, y siento aquí, de swing y rap. Es extraño el nexo que es.
¿Qué hay, mientras tanto, en la infinita inmensidad oculta tras las cortinas de las ventanas que miran a las calles?
De repente una trompeta con sordina tras el velo de una voz envuelta en terciopelo.
En el fondo todo es jazz, sino las formas. Incluso dentro, sin saberlo.
Desde un panel azul, Dios lo ve todo, tras sus redondas gafas negras, sin cristales. Y sabe –Dios lo sabe todo-, que todo no es, solo jazz, que la vida no es, es jazz.
No hay nada más. Jazz sonando en la inmensidad de este holograma infinito que es el universo.
Tras el velo de los cristales, apenas distraídos rostros, veladas sonrisas, caídas, como las tímidas hojas, amarillentas, muertas, de un hayedo cayendo, acariciando la tierra, llorando hacia dentro.