31/12/07

¿Por qué nos suicidamos?


Nada más apropiado que esto para terminar. Se acaba este terrible año. ¿Por qué nos suicidamos?
Desde que somos, la soledad, el dolor, la desesperanza, el agotamiento, entre otras cosas, han hecho que algunos decidan optar por dejar este mundo en el que se sienten mal, con el que no pueden, en el que no pueden más, en el que no están. Es un acto trágico, supremo, brutal. ¿Por qué lo hacemos? Parece un contrasentido a la ley natural, o quizás sea el recurso más desesperado a la locura. ¿Quién lo sabe? El psicoanálisis lo achaca al resentimiento dirigido hacia otra persona y desviado hacia él mismo. Un autoasesinato. La necesidad de escapar de una inmolación o el deseo de una nueva vida.
Las formas son muchas. Pegarse un tiro, ahorcarse, inmolarse escalando, simulando un accidente…
Ejemplos hay desde el principio de los tiempos. En la mitología, Dido se apuñala ante la pérdida de su amante y Leukakas se arrojó al mar para evitar que Apolo la violara. Sócrates, Cleopatra, Séneca, Hemingway, Marilyn Monroe, Kurt Covain, Kevin Carter, el autor de la fotografía que acompaña este texto, que no pudo superar el hecho de dejar morir a la niña de hambre para hacerla (ganó el Pulitzer con ella), el chico de diecisiete años que murió en un banco de un parque de fallo cardíaco, con una nota que decía: "te quiero y no puedo más..." (¡qué historia más hermosa!). Vidas marcadas. Pero también hay otros anónimos que no salen en las estadísticas ni en los periódicos, porque la muerte es emocional y no física. Las mujeres en casa, paralizadas en su infelicidad, las parejas en muerte afectiva, los narcisistas ensimismados, los alcohólicos disimulados, los aletargados hundidos en el cinismo, la desidia y la rutina. Yo sólo he vivido un suicidio, y fue brutal. Visto con los ojos de un niño de cuatro años. Aún más. Un hombre vestido con su traje negro y la camisa blanca, colgando de una viga. Los zapatos lustrados. Balanceándose adelante y atrás, como una guadaña. Y su hija gritando y llorando. Su mujer había muerto unos meses atrás.
El suicidio es la muerte más cruel para los que se quedan, porque deja cierta sensación de culpabilidad, pena, traición, desconcierto y desolación, porque conmueve nuestro frágil sentido de la existencia y nos hace sentir más indefensos ante la nada. El vacío que deja quien se suicida define al que se queda. El vacío es doblemente profundo a una muerte normal. Más doloroso. Porque no se encuentra la respuesta al porqué. Porque la lógica del suicidio es como el argumento indescifrable de una pesadilla: un enigma.
Nada más. Chao.

30/12/07

El sexo en Rodin



Hablemos de sexo. De sexo en el Arte. O mejor, del sexo en Rodin.
Rodin en sus acuarelas y dibujos busca lo que hay dentro del sexo. Pero que no se me malinterprete. Dentro de la mujer, del otro sexo. Busca el misterio de la mujer. Lo que todos andamos buscando y nunca, por gracia o por desgracia, conseguimos. Va más allá de la curiosidad por el sexo, se adentra en su interior. Busca el secreto de la vida, del deseo.
Cuando pinta, el sexo es el centro de todo. Las piernas bien abiertas. El sexo ocupando la mirada del espectador. El sexo es el centro de todo, del dibujo y de la cabeza.
No le importa la estética. Los colores están como lanzados de cualquier forma. El trazo rápido pero preciso. Sus cuerpos transpiran sexo por los cuatro costados. Pero él va más allá. Busca el Sexo. Su razón. La razón de todo. Y a pesar de eso, de esa aparente impudicia, hay estética con mayúsculas. Buscaba la razón de la mujer y expresaba su yo, incluida su animalidad. Algo a lo que mucha gente se niega a reconocer en aras de no sé qué.
Rodin representa el momento preciso, fuera de toda metafísica. O quizás va más allá. Va más allá a pesar de pintar a la mujer en el momento de lavarse, desnudarse, masturbarse…
Sus pinturas valen por sí mismas. Como el propio acto sexual. Son un gesto de amor.

29/12/07

Amistad

La amistad. Hay amigos y amigos. El camino pone al final a cada uno en el lugar que le corresponde. Sabia es la rueda, que diría Kim. Cada cual tiene lo que se merece en esta vida, supongo.
Creo que la vida le pone tacones a quien mide 1.80 y le da panderetas a los desilusionados, pero también sorpresas a los descreidos y esperanzas a los ermitaños.
Recuerdo aquella canción que decía: "...¿dónde estabas en los malos tiempos, cuando ni gritando conseguí hacerme oír la voz? ¿Dónde estabas? Dímelo con el viento. Olvidas con facilidad...". ¡Cómo me gusta ese grupo! Y que gran verdad. Nadie es lo que parece, y todo es muy superficial. Nos quedamos con lo accesorio, sin profundizar. Olvidamos el alma. Nadie se deja llevar. "¿...dónde estabas en los malos tiempos...?"

26/12/07

La felicidad

La felicidad no es más que una emoción, un estado transitorio. La felicidad es básicamente la ausencia de miedo, como la belleza es la ausencia de dolor. Encontramos la felicidad en el camino que recorremos mientras la buscamos, en cada paso que nos aproxima hacia ella y no tanto al alcanzar el destino. En el aprovechamiento de cada instante de felicidad que nuestra existencia nos permita. En dejarse llevar por lo que a cada instante se nos da y que a veces dejamos pasar. Hay que disfrutar las pequeñas cosas, los pequeños goces, los momentos que las personas que te quieren te ofrecen y te dan; sin pensar, aceptando, porque en ellos y ellas está. Por eso es tan importante dejarse llevar.

25/12/07

Las hojas muertas

LAS HOJAS MUERTAS


Ayer, al entornar los ojos, la luz que entraba, suavizada en amarillo por el color del cortinaje, a través de la ventana, le llevó al ensueño de cosas que no supo si eran ciertas o producto del calor, o del color.
Tarde de invierno, de esos inviernos suaves del Mediterráneo, donde el sol cubre como terciopelo; le ocupa la piel de arriba abajo, con la tonalidad del amarillo, con el olor del jazmín, rozando el aire, acercándose al suelo, deslizando.
El cuerpo extendido en el sillón, la cabeza ligeramente inclinada en un ángulo apenas perceptible, pero sensible, en el conjunto, y apoyada; las piernas extendidas y cruzadas, aunque levemente encogidas; los brazos, posados, rompiendo el espacio e introduciéndose en él, con las manos suspendidas en en el aire, como un escorzo en la atmósfera de un cuadro de Caravaggio…, y la mente perdida, perdida en los recuerdos de la última noche, alargada hasta el alba.
Toda la noche mirando entre las… ¿Entre las qué? No encuentro las palabras. ¡Qué malo es el champán! ¿Pero qué se puede esperar después de tres botellas bebidas en soledad? Y aun así no pienso acabar. De beber, de escribir, de sentir, de... hasta acabar. Nada más. Cuando acerco la copa a la boca veo los tonos de iris en el cristal y las burbujas que rompen con su débil crepitar mientras me muero en esta mi soledad. Radiohead suena lento y me acompaña. Menos mal. Aunque sea sólo por acompañar.

Toda la noche mirando su cara. Sí, eso era. Las luces apagadas y sólo una vela encendida -con un olor a mirra que se esparce por toda la habitación-, a la derecha, a mi lado, para dibujar. Siempre me gustaron más los lados izquierdos. No sé por qué. ¡Joder, qué buenos son Radiohead! Pero sólo hacen que muera más. La música suena lánguida y me lleva. La noto. La siento. Muevo la cabeza al compás mientras escribo. ¡Joder, qué letra! Y ya son demasiados joder. Es. Sólo es.


You can't take it with you
dancing for your pleasure
You are not to blame for
bittersweet distractor
dare not speak its name
dedicated it to all of you
all of your needs
Because we separate
the ripples on a black shore
rainbows
Oh reckoner
take me with you
dedicated it to all of you
all of your needs


Bebo otro sorbo y van mil. Sólo espero. Dejo que el Cd se repita y se repita mientras escribo, hasta la extenuación. Como yo. Y es que ni me siento ni me encuentro. No soy yo. O sí. Sí, claro que soy, pero hasta aquí. Sólo es cuestión de dejarse ir, acompañado. ¿Cómo no? Pero siempre fui solo. Siempre ha sido así. ¿Por qué siempre me han abandonado? La muerte me arrebata y la vida también. La muerte me dejó seco y a partir de ahí... no supe y ya, ahora aquí.
Mirando su cara, con el codo apoyado en la almohada y la mano izquierda sujetando el mentón. La mirada perdida en sus ojos cerrados. Repasando cada uno de sus contornos, delineados, desdibujados, por la luz que se mueve a intervalos de la vela que se consume en el portavelas y que se balancea con una sinuosidad que atormenta pero que embellece. Como hipnotizado. Y aunque me pregunto por qué, no sé responder. Sólo que es. Ella duerme con esa languidez que sólo he visto en ella, con esa tranquilidad que sólo ha tenido ella en mí. O que sólo he tenido en mí a ella. Dejada. Segura. El pelo castaño sobre la almohada azul, de un azul intenso, casi marino, que aporta algo inusual al mezclarse con los tonos que la vela da. Como un aura, un encuadre de humildad. Sencillez. Pureza. Eso es lo que veo y por eso me extasío ante esa beldad. No me canso de mirar mientras con la otra mano no paro de acariciarle el vientre con extrema suavidad. No quiero que despierte.
Y la música no para de atormentar, pero no la puedo quitar. Me acompaña. La siento y me entra como una sinrazón que me lleva hacia donde quiero. El oro del champán y el negro de las notas que lo invaden todo como una muerta sencilla, apagada y dulce que invade mi cabeza. ¿Dónde estás? ¿Por qué no estás? A veces. Sólo a veces. ¡Qué fatal! Se acaba la canción y otra seguirá, porque no para ni la paro. Hasta acabar. Suena y dice:

Bom dia, flor do dia
Começou de novo, acabou, começou
Olha como eu caio
Como figuras de dominó
Enfio os dedos no bolo
Sinto cócegas, cócegas, cócegas
É o que se sente agora
O que deve se sentir, o que deve se sentir
Razoável e sensível
Morto até o pesçoco
Estufado, estufado, estufado
Achamos que estava com você
Mas não, não, não
Sem razão alguma
Aperte os tubos e esvazie as garrafas
E curve-se, curve-se, curve-se
É o que se sente agora
O que deve se sentir, o que deve se sentir
O elefante na sala
Estrondoso, estrondoso, estrondoso
Em duplicatas, triplicatas
E sacos plásticos,
Duplicatas, triplicatas
Morto até o pesçoco
Estufado, estufado, estufado
Achamos que estava com vocêMas não, não, não
Aonde você quiser parar
Já basta, já basta
Eu te amo mas já basta, já basta
Ponto final
Não há razão algumaS
ua cabeça cheia de plumas
Derretida como manteiga


Me gusta más así, en Portugués. Me dice más. Me imagino las palabras habladas en esa lengua que me lleva. Desasosiego. Saudade. ¡Qué hermosa palabra! ¡La más hermosa! Aunque no haya traducción exacta en Español. Y la hablamos, no sé por qué. Y ahora no está.
Debo parar. El esfuerzo de expresarme me está deshaciendo y no puedo más. Sólo me dejo llevar por la música. ¡Qué melancolía! ¿Cuándo fui asi? Yo. ¿Yo? Qué cosas. Voy a bailar. La copa en la mano, y en la otra la botella. Champán Cristal. No podía ser de otra forma. Champán Cristal. Todo en ella es cristal. Me dejo envolver por la melancolía mientras dibujo siluetas en la habitación al compás de la música que me envuelve. Los ojos cerrados. El pensamiento en el más allá. El alcohol hace estragos pero es igual. Las notas me llevan y eso es lo único esencial.
Me siento para seguir. No puedo más. ¿De qué estaba escribiendo? Vuelvo hacia atrás.
Las horas pasan y no dejo de mirar. De mirar y de acariciar. Horas y horas oyendo su respirar. A veces me duermo, aunque intento que no, pero el sueño me vence. Y es que son días y días sin lograrlo conciliar. Me despierto con brusquedad. Me enfado conmigo y me detesto por dejarme ir. No me lo puedo permitir. El tiempo es limitado.
La muevo hacia mí cuando la noto de espaldas. Y, girando la cabeza, me mira con los ojos cerrados. Sonríe. La abrazo con fuerza. La atraigo hacia mí. La pego a mis entrañas para no dejarla salir. Mi mano le recorre todos y cada uno de los contornos de su cara. Con delicadeza. Con suma, suave y extrema delicadeza. Le aparto el pelo de los ojos. Ese flequillo que se deja de un extremo a otro de la frente y que separa con el dedo corazón cuando me habla y se le baja hasta taparle un ojo. Se lo aparto para ver su dulce cara envuelta en la niebla del sueño arropada por mí. Acerco mis labios a su cara y los dejo en su mejilla como terciopelo amable color burdeos. Como mi alma. Color burdeos. Y oigo su respiración. Y la necesito. Porque a veces no hay nada más aterrador que el silencio. Se la recorro toda, con los dedos. Las cejas, los ojos, con más suavidad si cabe. Esos ojos, que abiertos me matan y me llevan dentro. Los pómulos, la boca. Se la dibujo con extremo tacto. A penas le rozo los labios. Extraños. Muy extraños. Pero que me atren con la virtud de un poseso. ¡Cómo los echo de menos! Su tacto. Y me enquisto en ellos.
El brazo izquierdo se me duerme. Lo estiro bajo su cuello. Vuelve a sonreir. En sueños. Yo soy el que vela su sueño, el que guarda su anhelo. El ángel postrado. La negación y la vida.
Se me arruina la noche. Voy a por otra botella de champán. La descorcho fuerte. ¡Si me viera Wilde!
Ya todo da igual. Noto como se acerca la otra, la que me acompaña desde hace años y que pretende lo evidente, y que ahora ya. La noto dentro, en mis entrañas. Adueñándose de mí poco a poco. Lentamente. Me dejo llevar por la inercia de lo que siento porque me da igual. La siento y ya todo da igual.
Lleno la copa aflautada. La miro y me deleito en ella. ¿Será así el final? Espero que sí, porque es especial. Expléndido. De una belleza exquisita. Digno de una noche como esta. Digno de una vida como esta. Digno de esta vida tan tremenda que me ha tocado vivir y que ahora se me va con este último descorche de una botella de Champán Cristal.
Enciendo un último cigarrillo. El último. Ahora si que es verdad. Tantas veces prometido. El humo asciende y envuelve la copa y me lleva a recordar. El tono de sus palabras. No te duermas, por favor. No, estoy despierta, de verdad. Los ojos cerrados. Y ese respirar. El humo sabe acre con el champán. Mejor. Amargo. Le hablo mientras la acaricio y me dejo llevar. Me mezo en sus palabras, en su tonalidad. Y ella también se deja llevar. Las palabras suenan hermosas. Y el respirar. Anhelos de tiempo. Cuerpos que sólo son crepitar. La rodeo con mis brazos y le pido un abrazo y me lo da. Calor.
Hermosa. La más hermosa. La que más me dio. Me llena el alma. Y en ella mi alma murió. Me voy. No puedo más.

La muerte llegó queda, posándose con la languidez del cuerpo de una mujer sumida en el sopor de la siesta, arrebujada en los huecos de su amante, tras el éxtasis infinito de una pasión desordenada. Tranquila, como el rosa que el amanecer posee cuando acaricia.
Se apoyó en su cuerpo, aunque primero en su alma. Amablemente. Como si iniciase un cortejo, flotando en ese espacio que no es espacio; flotando en ese tiempo que ya no es tiempo. Extasiándose en su contacto, ante su vista, como si comprendiese la grandiosidad del acto a realizar, como si entendiese que aquel sobre el que se posaba era quien…

22/12/07

Sobre ser

Conoce lo masculino, adhiérete a lo femenino. Sé el Barranco del mundo. A todo el que es el Barranco del mundo la virtud constante no lo abandona. Reencuentra la infancia.
Conoce lo blanco. Adhiérete a lo negro. Sé la norma del mundo. En todo lo que es la norma del mundo la virtud constante no se altera en él. Reencuentra lo ilimitado.
Conoce la gloria. Adhiérete a la desgracia. Sé el Valle del mundo. En todo lo que es el Valle del mundo la virtud constante es superabundante en él.

Un torbellino no dura toda la mañana. Un chaparrón no dura todo el día. ¿Qué es lo que los produce? El cielo y la tierra. Si los fenómenos del cielo y la tierra no son duraderos, ¿cómo pueden serlo las acciones humanas? El que va hacia la virtud es acogido por la virtud. El que va hacia la ruina es acogido por la ruina.

Alcanza la suprema vacuidad y permanece en quietud. Ante la agitación hormigueante de los seres, no contemples más que su regreso.
Los seres diversos del mundo regresarán a su raíz. Regresar a la raíz es instalarse en la quietud; instalarse en la quietud es reencontrar el orden; reencontrar el orden es conocer lo constante; conocer lo constante es la iluminación.
El que no conoce lo constante crea ciegamente su desgracia. El que conozca lo constante será tolerante y este desinteresado y este regio y este celeste. Hasta el fin de su vida nada llegará a alcanzarle.
Pero qué difícil es.

20/12/07

No, así no.

A ver si consigo expresar.
El fracaso por conexiones perdidas, absoluto de líneas quebradas, despertando al aire del caos por el conjunto de metas mal planteadas o falsas, convertidas en lugares imaginarios. La reversión de ilusiones en inoperante lamento, el eslabón que une la débil autopromesa al yermo negro del estupor que me paralizó. La mirada vuelta atrás en soledad y sombras, y el vacío interior como alivio final.
No. No es justo. No por mí, sino por ti.
Es mejor imaginar el placer aun en la ausencia, y la confianza aún en los suburbios de la sospecha. Porque eres para mí mucho más que un buen recuerdo. La otra alternativa de mi vida y un término de comparación constante. Siguen vivos todos los días, todos los recuerdos, y nunca olvidaré nada, porque no debo, porque te lo debo.
No. Vuelvo a fallar. ¿Hay perdón y olvido? Sé que sí. Incluso así, porque es verdad. Espero... y espero no volverme a equivocar. Pero necesito hablar. Hablar y escuchar. Largo y tendido. Dialogar. Para entender, para entenderme, para respirar.
La muerte no llega con la vejez sino con el olvido. Y eso no. Otra vez no. No hay que dejar pasar ni un solo momento de vida de decir a quienes quieres que les quieres, porque pueden ser los últimos minutos que les veas. No se debe admitir que ya lo saben. Siempre hay un mañana, pero... ¿y si no? Por eso, y a pesar de que lo sabes, sólo quiero decirte ¡cuánto te quiero!

19/12/07

Nada

No hay nada. Ahora lo sé. Sólo vacío. Y lo peor, vacío del alma. Desilusión. Amarga decepción. La confianza, la esperanza, la pureza, mancilladas. ¿Por qué? No lo busqué, pasó... ¡Joder, vaya puta mierda! No eres como creía. Evidentemente no. Me he vuelto a equivocar. No sé cómo me deje llevar. Si lo tenía claro, si era evidente. Pues nada. A caer. Una y otra vez. Y una vez más. Y es que no escarmiento. Me pasa por confiar. Pero qé importa, ¿no? Al final nada importa. Cada uno es cada uno y sólo para él. El resto...
Pues nada. A esperar. Al final la muerte dulce. Suave y lento declinar.
¡Que detalle!
Se acabó. Otro círculo a cerrar. El último. Ya no hay más.

Es lo último que escribo, aquí y, creo, que en cualquier lugar. Claudico. No puedo más.

18/12/07

Este momento

Me preguntan si quiero ser leido por todo el mundo, y la respuesta es no. Si quiero ser conocido por todo el mundo, y la respuesta es no. No quiero ser leido por todo el mundo, me basta con serlo por quien me sabe leer. Abomino de la fama. Siempre huí de los fastos y de los oropeles...
Estoy bien así. Si lo fuera, tal vez dejaría de ser yo, y no quiero hacerlo.
Otra cosa, más importante que esta minucia.
Me encuentro agusto en este círculo en el que estoy. Perfecto. Me falta algo, lo sé, pero estoy muy bien. ¿Cuánto aguantaré? Eso tampoco lo sé. Espero estar siempre en él, así o mejor. Pero es especial, y por tanto... ¿Las razones? Son las que son y no hay nada más. No puedo especular. A veces hay frases aterradoras, por la brutalidad, pero carecen de sentido en el conjunto. Sé que hay más. La belleza es la que es, o yo la veo. Está bien. ¿Cómo puedo hacerlo? Tal vez porque soy yo, y yo no hay más, o tal vez tú, que también, pero qué más da. Es un círculo de una belleza inmaculada, de una pureza exasperante. Mi jardín privado. Si fuera todo es necio, en la vida no queda más que cultivar lo que te da. Es suficiente, aunque podría ser más. ¿Debería racionalizar? Pensado. Hablado. Mejor así. Está bien. Ni uno ni otro pensamos en lo contrario. Está bien. El tiempo es el juez inapelable, aunque hay frases y hechos que hielan como amenazan. Me gusta. Sólo un par de dudas...
En este círculo estoy bien. Es un buen círculo. La rueda es sabia, sólo hay que dejarla girar. Jamás se cerrará.

17/12/07

tal vez sí

Puede que tengas razón. ¡Con lo que yo soy! Me diseccionas con una facilidad que asusta. La vida es más, o simplemente es y como ya dije se debe hacer de una forma clara y ya. No sé donde voy, ni qué está pasando, pero todo será. Ya veremos. La claudicación es inútil y no me va. Hay más. ¿Estás? Sé que sí y por tanto...
La mediocridad reduce al débil. La debilidad conduce a la fatalidad. No es ese el camino. De todo se aprende. Enseñas bien. La muerte en vida no conduce a nada, es una lenta agonía sin sentido. Mejor vivir.
Sí, conozco alguien como yo. Tú.
Cerrar círculos y abrir otros. La rueda de la vida no para de girar, pero no me pidas búsquedas, porque eso no es posible, sería declinar, dejarme llevar por la facilidad. Estoy en un círculo que no quiero cerrar. Ese es en el que debo estar. No sé muy bien de qué va. Tú tampoco. Ya veremos. Las veces que lo pienso no lo entiendo, en momentos sí, en otros no. Sólo sé que está. Me dejaré llevar. La rueda es sabia. Si subes a la montaña para encontrar no encontrarás. Es aquí y ahora, dentro de ese círculo es donde está.
Viviré ahí y buscaré ahí. El tiempo me dirá si me equivoco. Duelen más las plegarias atendidas que las desatendidas. Mejor no rezar.

16/12/07

En estos tiempos

Ahora es como si la belleza hubiese desaparecido del tiempo. A veces ocurre y nadie puede evitarlo. Quizás las siguientes palabras consigan explicarlo:

Je suis le ténebreux, le veuf, l´inconsolé,
Le prince de la vie a la tour abolie:
Ma seule étoile est morte, et mon luth constellé
Porte de soleil noir de la melancholie.

Cae la nieve
y nadie anda a mi lado.
¿Seguiré el sendero sin huellas
precipitándome en mi tristeza?

El miserable
se recoge bajo el último árbol,
privándole de la sombra
las amarillas hojas han caido.

No es para nadie, sólo para mí.

15/12/07

¿A dónde voy?


Yo creo Arte, pero ¿qué más da? ¿A quién se lo doy si todo no es sino sólo respirar? El alcohol ayuda. Miro y bebo. Mejor beber que hacer. Dadme una pluma y algo podré crear. Absenta hermanos. Océanos de tiempo para encontrar y todo es fracaso. Vacío los ojos y dejaré de mirar. Jugaré a la ruleta rusa, a ver qué pasa. Is there anybody out there? No pienso hacer nada ya. Lo hecho, hecho está.
Has become confortabily numb. No hay crimen pero si castigo. Dostoievsky no tenía razón. Aquí estoy, pero no. Todo era de otra forma. Y sea lo que Dios quiera, porque sólo eso será. Y yo, no puedo ya buscar. Bajo el volcán. Viejo Lowry, qué razón tenías, sólo mescal.
Luces de neón. Pisadas sobre el agua. Salpicaduras. Me voy de ti ya. Imágenes. Imágenes destrozadas. Sólo me queda la pluma. There is no pain you are reciding. Ruido, ruido, ruido. Sólo quiero recuperar mi identidad. La mía. Sólo eso. No aguanto más. Mátame. Mátame porque me estoy matando. Alma, ¿estoy realmente muriendo? ¿Es esto una pérdida de tiempo solamente?
¿Qué deberíamos usar para llenar los espacios vacíos donde deberíamos conversar? ¿Cómo debería llenar los lugares finales? Sobre el arco iris yo estoy loco. Camino solo. Todo solo. Los que realmente te aman, si es que te aman, están fuera de donde yo estoy. No es fácil golpear tu corazón contra el muro de algún necio demente.
¡Vaya noche! Voy a beber mescal e intentar dormir. Mejor así, porque fuera, todo, absolutamente todo, sólo es repirar.

13/12/07

Proverbio winnebago

¿Qué es la vida? Es el estallido de una luciérnaga en la noche. Es el resuello de un bisonte en invierno. Es una pequeña sombra que corre en la hierba y desaparece con el poniente.

Aprenderás

Después de algún tiempo aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer un alma, y aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad.
Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, promesas… comenzarás a captar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto y aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío.
Después de un tiempo aprenderás que el sol quema si te expones demasiado… aceptarás incluso que las personas buenas podrán herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas… aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma… descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla y que tu también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de tu vida.
Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan y por eso siempre debemos decir a esas personas que las amamos, porque nunca estaremos seguros de cuando será la última vez que las veamos.
Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tiene la influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos.
Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queremos imitarlos para mejorar.
Descubrirás que se lleva mucho tiempo para llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto. Aprenderás que no importa a donde llegaste, sino a donde te diriges y si no lo sabes cualquier lugar sirve…
Aprenderás que si no controlas tus actos ellos te controlarán y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuan delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados.
Aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica. Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte.
Madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos.
Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da derecho a ser cruel. Descubrirás que solo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero que no saben como demostrarlo…
No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo.
Aprenderás que con la misma seguridad con la juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado. Aprenderás que no importa en cuantos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles.
Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores.
Entonces y sólo entonces sabrás realmente lo que puedes soportar, que eres fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía más.
Es que realmente la vida vale cuando tienes el valor de enfrentarla.

9/12/07

Me cansa pensarme

Para quien, aunque en sueños, como Dite ha raptado a Proserpina, ¿qué puede ser sino sueño el amor, ahora, de cualquier mujer del mundo?
He amado como Shelley... antes que el tiempo existiese: todo el amor temporal no ha tenido para mí otro sabor que el de recordar el que perdí...
Aciaga noche...
El sosiego evidente de todo me llena de rabia, de algo que es el amargor en el sabor de la aspiración. Me duele el alma... Una mancha lenta de humo se eleva y se dispersa... Un tedio inquieto me hace no pensar ya en ti...
¡Tan supérfluo todo, nosotros y el mundo y el misterio de ambos!
La eximo de comparecer en mi idea de sí. Su vida... Esto no es mi amor es sólo su vida. La amo como al poniente o al claro de luna, con el deseo de que el momento permanezca, pero sin que sea mía en él más que en la sensación de tenerlo.

7/12/07

Vivir es esto

Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en si mismo. Muere lentamente quien no se atreve a cambiar el color de sus vestimentas, o bien no conversa con quien no conoce, quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir detrás de un sueño. ¡Vive hoy! ¡Arriesga ya! ¡Hazlo hoy! ¡Hazlo ya!

ENTONCES SÓLO SERÁ RESPIRAR

Nos conocemos de antes. Ya vivimos, de atrás. Siempre de atrás. El tiempo es neutro, y por eso.
- Siéntate, espera, le dice con seguridad.
- Sí, le responde. ¿Qué vas a hacer?
- Nada, sólo estar.
Se entretiene en mirar. Las cosas parecen estar en su sitio, pero siente algo que lo desordena, aunque no sabe muy bien qué es. Los olores son, cree. Pasea la vista en busca del desconcierto, pero no da con él. Quizás, se entretiene en pensar, todo sea una mera imaginación, pero siente que no y por eso sigue en la búsqueda. Tal vez sea tan sólo el esperar. Se conforma con eso, pero en el alma hay algo que le impide estar tranquilo. De nuevo pasea la mirada. Los olores son. ¿El tacto tal vez? ¿Los sabores? Pero no puede. Se da por vencido y abandona.
La espera se le hace interminable. ¿Por qué no vuelve? Oye ruidos y mira en la dirección de donde provienen. Nada. Todo es esperar.

El antes fue diferente Lo que no entiende es el ahora. ¿Por qué? Se pregunta. Hay cosas que no se consigue explicar. La seguridad en la que vive es absoluta y esta situación es desconcertante.
Siempre supo controlar. Dominaba todo con esa seguridad que da el dominio sobre los demás, y el propio autocontrol. ¿Y ahora?
¡Joder que puta mierda! Si esto es así no quiero. ¿Qué coño me pasa? ¿Si puedes tener lo que quieres, ¿qué haces perdiendo el tiempo? Todo para sí mismo.
Se mira las manos. Bonitas. Pequeñas pero bonitas. Manos de mujer en cuerpo de hombre, como su alma, el alma de hombre más parecida al de una mujer que nunca había visto. Y eso le acercaba a ellas como nadie. Y tal vez por eso…
¿Qué hace? Le incomoda esperar. Demasiado tiempo. Me voy. Sólo cinco minutos más. No merece la pena. Antes fue antes. Estuvo bien, pero fue antes.


- Hola. Perdona. Tenía que terminar unas cosas.
- No te preocupes.
Mira su rostro. No era el ambiente. Todo estaba bien. Es ese rostro, o lo que hay en él.
- ¿Por qué?
- ¿Por qué, qué?
- Nada, era por preguntar.
- Ah.
- Te llamé no sé por qué. La verdad es que no lo sé. Las cosas, a veces, son así. No te lo sé explicar. Tampoco merece la pena darle vueltas. Son. Sólo son.
- Ya. Pero… Bueno, vale, quizás lleves razón.
Sigue pensando en el qué, y no encuentra la razón. Pensaba que sería otra cosa, pero no. Le dio por mirar. Todo igual. ¿Los olores del ambiente o los suyos? Se acercó.
- ¿Qué haces?
- Oler
- Ni que fueras un perro.
- Sabes que no. Sabes que el olor es.
El conocimiento en el antes era tan profundo que sabía que la frase sería entendida sin más. Se dejó hacer.
- Me gusta tu olor. Lo echaba de menos.
No le responde. Mira en sus ojos. Cierta vacuidad. Pero siempre fueron vacuos esos ojos, y con un deje de tristeza. Siempre la vio. Y vuelve al antes. Se entretiene en los recuerdos. Estuvo bien. Muy bien. Pero, ¿y ahora? Le toma la mano y la mira, la pasea con sus dedos. Su suavidad le recuerda. Estuvo bien. ¿Por qué ahora? Mientras recorre rincones en la vuelta al antes. Estuvo bien. La cabeza se le descompone. El antes y el ahora. Y ahora… ¡Qué desastre!
- Cuéntame.
- ¿Qué quieres que te cuente?
- No sé, tú sabrás. Supongo que después del antes tendrás qué contar.
- Claro, no todo es vacío. Ni siquiera los sueños. Porque el vacío de los sueños conduce a un sueño vacío.
- ¿Y tienes sueños?
- Sí, pero no te los voy a contar.
- Como quieras.
- Cómo eres. ¿Qué te cuento? ¿Cómo estuve? ¿Qué sentí?
- Sí.
- ¿Por qué? ¿Te interesa saber?
- Has sido tú quien quería.
- No, no, has sido tú.
- Es igual. Es todo tan…
- ¿Tan qué?
- Tan duro, y el ahora, no sé. ¡Joder!
- ¿Qué?
- Al final acabaremos…
- No.
Sonríe. La luz le ilumina la cara y desdibuja los defectos. No puede apartar los ojos de ese rostro. Fascinación, pura y simple fascinación. Como antes.
¿Pero qué coño te pasa? Se pregunta. ¿Tienes lo que quieres y cuando quieres? ¿Qué coño te pasa? ¡Recuerda joder! ¡Qué puta mierda! ¿Qué es?
El juego del despropósito le produce intranquilidad. Por vez primera siente la intranquilidad en una situación así. La pérdida del control confunde.
- ¿En qué piensas?
- En nada.
- Sabes que no. Te conozco. Te quedas así… ¡Vuelve!
- Estoy.
- Ya.
Media sonrisa en su rostro. El conocimiento. Siempre atravesó sus ojos hacia el interior.
La mirada como un dardo. Demasiado poder. Piensa, ¿y si me oculta? ¿Para qué? Me voy, no merece la pena.
- ¿Qué vamos a hacer?
- Nada, sólo estar. El día a día, ya sabes.
- ¿Para qué?
- Para estar.
- No sé si me interesa. ¿Me interesa? ¿Me debe interesar?
- Tú sabrás. Siempre dices que lo importante es caminar.
- Sí, pero… Joder, es que…
Hay un vacío de palabras que se llena a base de miradas. Sigue recorriendo con su mano los espacios. Se deja hacer. Las mismas sensaciones. Y sabe que hay cierta reciprocidad, pero…
Como me gustaría estar dentro. Saber de verdad. Intuye debilidades pero no sabe por qué. Aguarda. El tiempo pasa con esa sentencia que hiela el alma, y lo teme porque se acaba. Ahora sabe que sí. Está otra vez igual. El Dios del dominio y el autocontrol dominado. ¡Qué traspiés! Es igual.
- Hace dos semanas murió una amiga.
- Lo siento.
- No importa
¡Joder, si importa! Me dejó del revés. Decidí que todo a la mierda, que ya estaba bien. Había perdido. Lo había olvidado. Decidí vivir. Decidí disfrutar. Sabe que puede, pero está perdido. Esa sensación le quema. Sabe que lo conseguirá, siempre ha sido así, ¿por qué ahora iba a ser diferente? Sólo tiene que abrir los ojos, y abrírselos también. Pero cómo cuesta. La negación es lo evidente. Nota cierto placer en esa negación, y eso le jode.
- Placer no hay, ¿no?
- ¿Qué?
- Nada, estoy en mi mundo.
- Pues sal de él o déjame entrar.
- No.
- Gracias.
- Me gustaría estar dentro.
- No.
- No era eso. Dentro de tu mente, o de tu alma. Porque, ¿tú dónde lo tienes?
- ¿Qué?
- El pensamiento.
- ¡Vaya pregunta!
Vueltas y más vueltas. ¡Qué sensación! Otra vez al antes. Y ahora es antes. Ojalá no. ¿Que tiene? ¡Vaya pregunta! Pero ahí está ¿Qué tiene? ¿Sigo? ¿Me voy? No tiene sentido. ¿Quiero vivir en un absurdo? ¿En esperar que sea o lo que sea porque se niega por yo qué sé? Me voy.
Y tan rápido como le viene se le va. ¡Que asco de vida! Hay días que es mejor no levantarse, piensa. Me quedo y Dios dirá. ¿Y si dice no? Pues me corto las venas y adiós. Tampoco pasa nada por no estar. Porque sería incapaz. Ahora lo sabe. Mejor no estar que no estar. Menos mal que me entiendo.
- ¿Miro en tus ojos?
- No sé.
Mejor el antes. Pero el ahora está bien. No sé hasta cuándo, pero está bien. ¿Y después? La muerte dulce. Si esto es la agonía… Aunque sólo yo disfrute. La muerte dulce. Me gustaba más el antes. ¡Qué ceguera! Por lo que fue y negaste ser. Está bien. No hay más ciego que el que no quiere ver. Pudiendo tener no tener por decir no tengo. La muerte dulce. Dejarte ir. Al final todo juego es inútil.
- ¿Qué piensas?
- Nada.
- Sí.
- En la muerte dulce.
- Ah.
Cuando ya no esté entonces te dirás: ¿Por qué no? Pero sólo existirá la muerte dulce. Como mi amiga. Tal vez tú sí, yo no, ya ves. Y todo por el antes. Espérame. Tal vez no haya más, y entonces… Entonces sólo será respirar.

5/12/07

Decidme qué es esto

Decidme qué es esto. Decidme que merece la pena. Pero ulilizad palabras hermosas, para evitar el cómo me siento. Decidme que no es en vano, que hay porque ya ni puedo. El día que la poesía muera se acabará la vida.

1
Ahí está lo que fue...
el oro sepulcral de la memoria y en la sombra el olor de los jazmines.
Y nada de eso importa. El resignado
ejercicio del verso no te salva
ni las aguas del sueño ni la estrella
que en la arrasada noche olvida el alba.
Una sola mujer es tu cuidado,
igual a las demás, pero que es ella.

2
Ni la intimidad de tu frente clara como una fiesta
ni la privanza de tu cuerpo, aún misterioso y tácito y de niña,
ni la sucesión de tu vida situándose en palabras o acallamiento
serán favor tan persuasivo de ideas
como el mirar tu sueño implicado
en la vigilia de mis ávidos brazos.
Virgen milagrosamente otra vez por la virtud absolutoria del sueño,
quieta y resplandeciente como una dicha en la selección del recuerdo,
me darás esa orilla de tu vida que tú misma no tienes,
Arrojado a la quietud
divisaré esa playa última de tu ser
y te veré por vez primera quizás como Dios ha de verte,
desbaratada la ficción del Tiempo
sin el amor, sin mí.


Decidme que os dice esto.

3/12/07

Todo es tan vano como insustancial

Siempre es difícil creer que no volverás a tropezar, y aunque es fácil volverse a levantar cuando el daño es reparable, no deja de ser un ladrillo más que añadir al muro de una confianza maltrecha. Se tarda toda una vida en conseguirla y basta un día para perderla. El juego del despropósito es dañino, más si cabe en lo tocante a los sentimientos. Qué fácil es salirse del camino elegido para caer en el error una y otra vez. Y es que no escarmiento. ¡Cuánta estupidez! Sin duda merecida, porque si no... Que el Dios de los mediocres se apiade de mi lamentable alma y elimine el poso de amargura que aquella ha dejado en mi. Volvamos atrás y desde lo conocido evitemos de nuevo el error, o al menos salgamos de él con las armas utilizadas por las palabras y los pensamientos que permitieron hacerlo ya una vez, y confiemos en que la vida, en su belleza, me permita seguir por el camino trazado, del que nunca me debí apartar, y confiando, porque si no...
Vivir, que amarga decepción a veces, por la confianza depositada, pero que gratificante experiencia, aunque en ocasiones la oscuridad se enseñoree del alma de uno, como en este momento. Sea, pues no puede ser de otra forma, y mejor así, porque quizás, o sin duda, no era. Bebamos absenta y pensemos que la creación es hermosa e intentemos seguir. O no. Brindemos por el Arte y alejemos de nosotros todo lo nefando. Por que para qué, si al final todo es nada y en lo que creiste y en quien creiste no son sino pura y vana ilusión.
Pero sigue siendo oscuro, como la tumba donde yace mi amigo.

3/7/07

A Pessoa

Y la suprema gloria de todo esto, amor mío, es pensar que quizás esto no sea verdad, ni yo lo crea verdadero.
Faltamos si entretuvimos (podemos morir si apenas amamos).

2/7/07

Algo de un cuento mío titulado champán cristal

Leí un pensamiento, no recuerdo dónde, ni tan siquiera cuándo, y aún así, lamentándolo, se me grabó en la mente de tal forma que, como un repique espantoso de campanas que llaman a muerto, me asaltaba desordenadamente. La frase, de tan aparente intrascendencia, poseía una armonía perturbadoramente musical: el Champán Cristal es como una llamarada helada de una sequedad tan punzante que, al tragártelo, no parece en absoluto que uno lo haya tragado, sino al contrario, es como si se hubiera evaporado en la lengua y hubiera ardido en una única ceniza dulce y húmeda. Resumía todo el sentimiento sentido en ella y con ella. Esa era la sensación cuando bebí aquel cáliz inmaculado, con una pasión como nunca, con un deseo inmarcesible… Hasta ahora sólo había habido tequila, y en los mejores casos, aquellos en los que creía haber…, sólo mescal.

Realmente estoy mal

Muy mal. Leo y leo, a Baudelaire sobre todo, pero me deja peor. Me gustaría que fuese de otra forma pero no encuentro la manera. Todos los caminos me llevan al mismo lugar. ¡Qué naufragio! Y la música de Billi Corgan tampoco ayuda. O sí. Pero no en la dirección adecuada. Lo dejo de momento porque me empieza a resultar depresivo y desasosegante. La estupidez humana no tiene límites, y la mía tampoco por haberlos sobrepasado. ¿Cómo era aquello?:

Dichi che il fiume trova la via al mare
Che come il fiume giungerai a me
Oltre i confini e le terre assetate
L´amore giungerá
E non so più pregare
E nell´amore non so più aspettare