14/10/12

Levántate y anda

Juan de Flandes. Resurrección de Lázaro

A veces nos levantamos como Lázaro -ya un muerto para siempre, un hombre que anduvo la muerte, que acompañó a la Parca-, y como él caminamos el resto de nuestra existencia, como seres traídos a una vida que no es nuestra, donde andamos sin ser, estamos sin estar, ausentes en un mundo en el que no somos y que ni tan siquiera comprendemos.
Levántate y anda, le dijo el Nazareno, y Lázaro anduvo. ¿No hubiese sido mejor no salir de la tumba para pasear eternamente esas vestiduras?
Vivir así es como cuando se entra en ese espíritu deconstructivo que agosta todo, que todo lo pudre, desnudando la piel y dejando al aire la putridez de la carne, ausente de decoro, en hebras de rojo, sanguinolentas, cubierto de harapos, con cerúleas guedejas de sebo.
A veces es mejor seguir siendo un hombre muerto.

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