18/2/08

Ulises/Penélope

Se tiene sólo si se tiene, porque lo pensado, lo deseado, sólo forma parte del panteón de lo querido, del altar hecho a base de querencias irrealizables. Y lo peor es haber tenido y querer, pero no tener. Ahí empieza el suplicio de lo negado. Se busca. Quizás se sustituya o se intente en base a elementos alternativos y se cree una idea de que son. Pero ¿realmente son? La duda es desequilibrio. Y ahí radica el equívoco. ¿Es equivocación? Podemos decir que no y contentarnos y seguir, o podemos decir que sí y comenzar a eliminarlo y buscar. Todo depende de si queremos ser Ulises (al margen de ser hombre o mujer) o nos conformamos con ser Penélope (en las mismas circunstancias). ¿Pero el Ulises que busca y desea fervientemente volver a Penélope, busca, y una vez que sabe que no hay nada más allá de Penélope vuelve a ella. O el Ulises que sólo busca y que al no encontrar no le queda más remedio que volver? Y si se es Penélope, ¿es la que aguarda porque sabe que sólo es Ulises y espera, o la Penélope que busca en esa espera la alternativa de Ulises porque cree que la hay a él? ¿Quién y cuándo se engaña? Una vez conocida la totalidad ¿es coherente conformarse con un detalle por muy aparente que sea? ¿Merece la pena?
El tiempo es sabio y la rueda es justa. El problema es: ¿Somos capaces de aceptar que la totalidad es más importante que el detalle por muy importante que este nos pueda parecer en un determinado momento por unas determinadas circunstancias? ¿Sabemos hacia dónde vamos? ¿Realmente nos dejamos llevar o nos conformamos con lo que tenemos aun sabiendo que el conocimiento era y es?
¿Qué tipo de Ulises o Penélope queremos ser? Esa es la gran cuestión. Todo depende de nosotros mismos. ¿Y si por más que hagamos sólo estamos en la molicie de lo tenido después de conocer? ¿No estaremos dejando de ser y participamos del coma en que vive la mayoría? El mundo está en coma y, así, participamos de él. Estamos en coma.
Es una cuestión de elección. Fácil o difícil. ¿Somos capaces de decidir sin pensar en los elementos ajenos? El futuro es nuestro si sabemos decidir una vez que conocemos. En caso contrario quedamos atrapados en la mediocridad de un presente aparente que parece ser pero que en el fondo sabemos que no es, porque tuvimos y sabemos, queremos y buscamos, pero nos negamos. Y ahí la rueda es justa y sabia. Lo que nos pase y a donde nos lleve será lo que nos merecemos. Cada uno hace el camino que elige. Pura lamentación saber y no admitir. Haber tenido y conformarse. Así se nos apaga la luz roja.
¿Qué tipo de Ulises o Penélope queremos ser?

No hay comentarios: