18/4/09

Diario de la estupidez suprema. I (El comienzo del fin)

Alcanza la suprema vacuidad, dice el principio del Tao. Accedí a su comprensión. Me puso manos a la obra. Dos principios más tuve en cuenta en el camino que emprendí; uno de Buda: La paciencia es la madre de la felicidad; y otro de no recuerdo qué o quién: Hablar bien, pensar bien, actuar bien. A partir de ellos retransformé mi vida y comencé a escribir mis recuerdos y vivencias en una especie de diario.

Estoy rodeado de idiotas, decía Skar en El rey león. Es una verdad universal. Verdad a la que hay que sumar un largo etcétera de adjetivos de similar índole o peor, tales como gilipollas, estúpidos, hijos de puta… Tampoco quiero ahogar el papel con muchas palabras de ese jaez.
El mundo a mi alrededor está literalmente podrido. Hay una colección de seres sin sentido que espanta. Pero es lo que hay, y no hay más remedio que vivir en él. Quitarse la vida es una estupidez, y por tanto… Me incluiría en ese grupo de personas, en alguno de esos adjetivos, toda vez que me muevo entre ellas y no hago nada o casi nada para variar su situación, pero tampoco es que pueda hacer mucho y fuerzas no me quedan. A parte de que poseo algo que se sale de lo común y que por tanto hace que esté a salvo entre ellos, aunque solo y apartado, hastiado y desilusionado. Sé mirar. No ver, no, sino mirar. Si a ello le añadimos que sé escuchar, es fácil colegir que todo lo que diga sobre las personas con las que me cruzo son auténticas y no dejan lugar a la menor de las dudas. También es verdad que eso era hace ya tiempo. Ahora soy pero no soy. Estoy pero no estoy. Estoy como en stand by. A la espera de algo que no sé cuándo, cómo ni dónde me llegará.

Ayer salí a dar un paseo; bueno, en realidad fui a comprar una barra de pan, pues nunca paseo (ya nunca lo hago); y lo primero que me encuentro es un perro negro, grande, enorme, tumbado frente a la puerta de mi edificio. Estaba tumbado, cuan largo era, mirando fijamente. Una mezcla de pastor alemán, de callejero y de mastín. Al verme se levantó y comenzó a seguirme. No sé si es el que ladra y aúlla todas las noches siempre que me voy a acostar. Al principio no le di importancia al hecho de que me siguiera, pues los perros abandonados, los solitarios, suelen seguir a la primera persona con la que se cruzan, tal es su necesidad de compañía (en eso se parecen mucho a las personas). Pero, al pararme para cruzar la calle y mirar hacia un lado, lo vi por el rabillo del ojo. Estaba ahí, detrás, parado al igual que yo. Eché a correr y el condenado perro hizo lo mismo. Me paré y se paró. Era una situación extraña. No sabía qué hacer, así es que no hice nada. Seguí andando mientras él me seguía. Entré en el tenducho que hay al lado de mi casa y compré el pan. Cuando salí no estaba. Me recuerda el perro de una vecina, pero el de esta era un dálmata. Siempre me la cruzaba cuando salía a determinadas horas. Creo que sacaba al perro para salir ella. Era delgada como el can, y también como su marido, aunque este lo era en demasía, pues tenía Crohn. Era delgado hasta casi desaparecer.
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4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno diego, divertido y crudo; "Estoy rodeado de idiotas, decía Skar en El rey león." Este es de los mios completamente.
Ya hablamos de esto y más. Un abrazo.
Roberto.

Anónimo dijo...

Gracias Roberto. Tú por aquí, escribiendo... Skar de los tuyos, sí, imagino, conociéndote; y de los míos.
Hablamos pronto. Un abrazo. Cuídate.
Diego

Anónimo dijo...

Ya lo decía el protagonista de "Hombre mirando al sudeste"(Te la recomiendo, si no la has visto, quizas tu sepas sacarle algo mas que yo), sabemos luchar contra todas las armas que tienen ustedes, pero todavía hay una que nos preocupa y nos desconcierta, la estupidez humana.
Dejando a parte mi divagacion cinematográfica, cuanta razón tienes en tus palabras, es dificil mirar a la gente y darte cuenta de los limites a los que puedemos llegar(yo tambien me meto en el saco). Pero creo que a parte de la estupidez otro problema seria el conformismo, abandonarte, desistir, dejar que todo pase sin intentar cambiarte. Es como estar muerto en vida.
Intentare pasarme mas a menudo si la selectividad me lo permite. Perdona por la extension, Un saludo.

Pd: no te quites la vida que la apuesta era para dentro de 10 años.

Anónimo dijo...

Vista está. Gran verdad. El conformismo etc., forma parte de la estupidez. La maýoría de la gente no vive, sobrevive. asínos va. No hay nada más que mirar a tu alrededor.
No hay problema por la extensión. Un placer. Pásate cuando quieras, si te lo permite la selectividad, y 2º primero.
Jamás me la quitaría. Es sólo un proyecto de novela, yo intento vivir, a pesar de todo. Además sabe que siempre gano las apuestas.
Unsaludo.
Diego