23/2/10

Me gusta

Me gusta mi perro, porque me gustan los perros, pero éste más, porque es mío, porque no ladra, porque sólo te mira con sus ojos marrones, agradecido, y te sigue a todas partes. Parece triste, pero no lo es. Blanco y canela. Me gusta la montaña, subirla, estar en ella. Porque te da lo que ninguna otra cosa puede hacerlo, y porque allí arriba se está a salvo de las mezquindades de las personas, porque allí nadie puede serlo, porque si lo eres estás muerto, o solo y muerto; me gusta porque ella saca lo mejor de uno, y te prueba tus límites, y te incita a que los superes, a que te conozcas, pero de una forma seria, de verdad; me gusta porque supone un esfuerzo; me gusta por la belleza que te regala. Me gusta mirar las estrellas tumbado sobre la tierra, arriba, en la montaña, oyendo el crepitar del fuego, y tumbado en la arena de una playa, solo, o acompañado de alguien que eso lo entienda y aprecie y admire esa belleza; y esperar que pase una estrella fugaz y pedirle un deseo; y seguir el curso de los satélites artificiales. Me gusta un vaso de buen vino tinto mientras huelo lo que cocino. Me gusta una cerveza helada con aceitunas en el calor del mediodía. Me gusta leer un libro en un bar tranquilo, tomándome un té. Me gusta el mar. Me gusta viajar en tren y acunarme en su sonido, y observar las personas que suben y bajan, y ver los árboles y las casas como se deslizan por mi campo visual. Me gusta viajar; viajar para conocer, para aprender, para ver, para estar. Me gusta el silencio, y me gusta la música, esa que te lleva y que te ensalza, que te emociona, que te pone los pelos de punta; y la que hace llorar, la que te lleva a recuerdos. Me gusta escuchar a los que dicen algo, a los que hablan de verdad, a los que sienten, a los que han vivido, a los que viven y a los que ansían vivir, a los que saben y tienen algo inteligente que decir. Me gusta sentir el agua de la ducha deslizando por mi piel, caliente, y así quedarme. Me gusta tumbarme en la bañera con agua caliente, envuelto en la niebla, rodeado de espuma, oliendo las sales, entrecerrar los ojos y pensar. Me gusta pasear bajo la lluvia, en la noche y mirar los reflejos en los charcos. Me gusta observar a la gente, como se mueven, sus gestos, sus palabras, sus ademanes; pensar en lo que piensan, en lo que son o pueden ser, inventarme sus historias. Me gustan las personas, las de verdad, las que se entregan, las que son, las que sienten, las que no se venden. Me gusta la caricia de una mano suave, el roce de unos labios que quiero; me gusta acariciar lentamente. Me gusta abrazar a quien quiero y sentir el calor de su cuerpo contra el mío. Me gusta dar. Me gusta sentir el suelo de madera de mi nueva casa, y andar descalzo, notando su calor en las plantas; me gustan sus tonos claros, la luz que la llena, el horizonte quebrado por las montañas, lejanas. Me gustan las palabras, las oídas, las escritas, las grafías raras, las grafías bonitas, leerlas y expresarlas; el rasgar de la pluma y el lápiz sobre el papel; lo que significan, a donde te pueden llevar. Me gusta la pintura, la escultura, los edificios distintos, los paisajes eternos. Me gustan los colores, menos el gris, donde no me detengo. Me gusta la sonrisa de los niños, la de los ojos de agua, la de ojos tristes, la de los viejos, la de las personas de verdad. Me gusta jugar. Me gustan las lágrimas de los que sienten, las que no mienten, las sentidas, las de la emoción verdadera. Me gusta llorar cuando tengo que hacerlo. Me gusta reír. Me gustan las flores, todas y cada una. Me gusta respirar. Me gustan los pájaros, sobre todo los gorriones. Me gustan las miradas que te llegan dentro, que te traspasan, que se te clavan, que te adivinan, que te quitan la respiración, que te regalan, en las que merece la pena morir. Me gusta mirar. Me gustan tantas cosas, tantas, que sé empezar pero no podría acabar. Me gusta vivir, vivir de verdad.

7 comentarios:

Ruth Carlino dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ruth Carlino dijo...

Mi querido Diego, en algunas cosas coincidimos, en otras no, pero lo esencial, lo que resume todo el texto de tus preferencias es esa última frase, porque sin duda al gustarte todas esas cosas y sensaciones que huyen de la superficialidad, estás viviendo de verdad.

Muchos besos querido amigo, y jamás dejes de hacer y sentir todo aquello que tanto te gusta.

PDTA: Eliminé el comentario anterior porque había un error gramatical, debido a que este cursor va donde le viene en gana jejeje.

Pandora dijo...

Oh my god! La última frase me ha puesto los pelos de punta! Se ve que te has detenido bastante a pensar en todo lo que te gusta y, la verdad, es que todo merece la pena. Me han entrado ganas de escribir una entrada parecida, es una forma más de conocer un poco al "bloguero".

Un beso!

Anónimo dijo...

Espero no hacerlo, Ruth,y seguir así, pero buscando lo que creo y quiero, intentando aprender y, sobre todo, ser mejor persona, pero de verdad, no sólo de palabra. Espero seguir viviendo y sientiendo así, o más.
Un beso para ti también, por estar ahí y ser así.
Diego
Faltas cometemos todos cuando vamos rápido y no prestamos mucha atención. Es normal.

Anónimo dijo...

En la bañera, lleno de espuma y sales, y pensar, dejar la imaginación y de ahí todo lo demás.
Creo que no está mal, no. Espero los tuyos. Me gustará leerlos, seguro.
Un beso para ti, María. Y gracias.
Diego

Eugenia dijo...

Vamos, menos en que no tengo perro, no escalo montañas y me detengo hasta en el gris porque es el término medio entre mi concepción extrema de las cosas, podría haberlo escrito yo.

Muaaá.

Eugenia.

Anónimo dijo...

No me extraña, Eugenia, porque el que sabe vivir, lo sabe hacer. Me alegro que te gusten todas esas cosas, y más que me imagino y sé. Y lo de escalar porque no te pones, que si no...
Un beso.
Diego