Todo es agua. No hay certezas donde asirnos. Después de tanta lucha nos preguntamos, ¿y ahora qué? Miramos un poco más allá de nosotros y todo es ilusorio. Hasta el amor se ha convertido en algo líquido. Huimos ante el menor compromiso; ante la más mínima dificultad como ratas abandonamos el barco; huimos de la responsabilidad, de cualquier vínculo afectivo. Y lo peor, lo peor es que no encontramos asidero donde agarrarnos en un mundo cada día más cambiante e imprevisible. Hemos convertido todo en comercio. Los sentimientos también, las relaciones, todo. Vivimos en el miedo, anclados en el miedo, rodeados de miedo. Tenemos miedo al miedo. Agua. Todo es agua.
2 comentarios:
Congelemos ese agua para poder asirnos a lo que queremos. Vaporicémosla para hacer desaparecer aquello que tememos.
El estado líquido de las cosas es arcilla en nuestras manos para poder poseerlo o hacerlo desaparecer.
Seamos druidas de nuestra vida.
Tu química ha hecho fenecer a mi condición de letras.
Me ha encantado, Diego.
Besos de agua, pero porque es vida.
El líquido, lamentablemente Marisa, no se puede moldear. De ahí... Y el frío, la vaporización para la desaparición...
Prefiero la realidad de tus palabras.
Un beso, y mil gracias para ellas y por estar.
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