22/12/13

P.N.

Una perla da vueltas sobre sí misma, en un tapete verde. El metal que la atraviesa, una pequeña barra apenas visible, parece desaparecer cuando gira, impulsada por dedos sucios que de vez en vez abandonan la escritura para acariciar la vellosidad de la nariz, o moverla.
Es innecesario decir que todo lo anterior carecería de sentido si pensamos en ambos hechos al tiempo. Aunque realmente, ¿qué ocurre? Todo hecho aislado es un universo total. ¿Si unimos dos hechos se produce una concatenación, una colisión, una suma de procesos o simplemente son dos hechos acaeciendo uno al lado del otro?
La perla gira, impulsada por mis dedos. Mis dedos acarician el vello nasal. Un hecho es posterior al otro. Físicamente ha de ser así, pero, ¿y si se producen al tiempo? ¿Sería posible?
Mi universo, a veces, debería pararse totalmente, como un reloj que dejase de mover sus manecillas en un instante, ausente al tiempo más allá del suyo propio.
Tengo que dejar de beber.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estaba yo buscando exilio, entre el placer del arte de la escritura, cuando tropecé con su blog, que ha echo que me plantee muchas cosas, ya que, jamas pensé, que detrás de mi profesor de historia, hubiera tanta profundidad y hermosura, tanta belleza...
Sin duda alguna, magnífico. Y una enhorabuena, por impartir no solo clases de historia, sino alguna que otra buena lección de vida.

Diego Jurado dijo...

Pues, mil gracias por tus palabras, sobre la escritura y la Historia y sus cosas...