Llovían palabras ausentes, vacías, sin sentido, sin sonido alguno que les diera, al menos, apariencia; caían lánguidas, envueltas en pompas de vapor de agua que, al golpear el suelo, se transformaban, ausentes de sonido, en perlas brillantes.
Véndeme palabras, me dicen. Yo les venderé silencios, y más caros.
Véndeme palabras, me dicen. Yo les venderé silencios, y más caros.
4 comentarios:
pago lo que quieras por tus silencios compañero!_ exquisito bocado me dieron tus letras.. me has recreado a Cortàzar.. cariños..
¿A Cortázar? Qué exceso. Sería la embriaguez. En cualquier caso un placer oír, de ti, algo así, y un honor, inmerecido, eso sí.
Besos
"Caían lánguidas". Espectacular.
Pues bueno...
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