22/2/11

Nuestros silencios

Nuestros silencios. Del escultor mexicano Rivelino. Roma 2010
Llovían palabras ausentes, vacías, sin sentido, sin sonido alguno que les diera, al menos, apariencia; caían lánguidas, envueltas en pompas de vapor de agua que, al golpear el suelo, se transformaban, ausentes de sonido, en perlas brillantes.
Véndeme palabras, me dicen. Yo les venderé silencios, y más caros.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

pago lo que quieras por tus silencios compañero!_ exquisito bocado me dieron tus letras.. me has recreado a Cortàzar.. cariños..

Diego Jurado dijo...

¿A Cortázar? Qué exceso. Sería la embriaguez. En cualquier caso un placer oír, de ti, algo así, y un honor, inmerecido, eso sí.
Besos

Anónimo dijo...

"Caían lánguidas". Espectacular.

Diego Jurado dijo...

Pues bueno...