16/5/11

Naturaleza muerta

Pieter Claesz. "Naturaleza muerta"

Una mosca está posada sobre el cristal de la ventana; se limpia las alas con las patas traseras, ajena al mundo -al mío-, impidiéndome ver parte del follaje de un árbol de la calle (mera cuestión de perspectiva). Mira en el plano del cristal. No sé qué mira con esos ojos tan alejados de los míos. Es un mundo extraño el de las moscas. El de las hormigas no me lo parece tanto; muy organizadas, con cierto parecido a éste donde habito, pero el de las moscas... asaz extraño.
Pela la naranja como si de un acto místico se tratara, como si formase parte de la liturgia religiosa de una secta minoritaria, recién escindida, perseguida. Levanta la mirada de vez en vez, para evitar ser sorprendida en ese amoroso acto previo a la comunión. Chupa con fruición un gajo.
Hace viento fuera. Ligeramente fuerte. No molesta. Suaviza, por otra parte, el sol que quema. Me gusta la primavera de esta tierra, me recuerda los finales de agosto de la Provenza, aunque falta el sonido de las cigarras. El azul del cielo es intenso. El aire huele distinto, denso. Matices de un olor espeso. Apenas el sonido de algún ave, de apenas coches, casi todo es silencio, sólo mirada.
Un llavero escueto sobre la mesa, de metal, sencillo, que encierra llaves. Casi perfecto. Plano. Cuatro lados que delimitan una calavera fumando, sobre fondo negro. Ese van Gogh de aprendizaje, uno de sus humores. Abruma la sencillez del metal gris, sus precisas formas. El pequeño cable de trenzados hilos de acero que une los agujeros de las llaves. Las tenues formas de la simplicidad de la belleza sobre un libro de tapas rojas y pequeñas letras blancas (Ángel Bahamonde. Extraño juego de palabras. Qué curioso es el lenguaje, y divertido si sabemos jugar con él). La mesa verde, casi apagada. Triste. Hay, sobre ella, en la otra esquina, un vaso de plástico, horrible, de un blanco raspado, opaco. Letras rojas, y el logotipo de un sindicato (no podía ser de otra forma. La dilución, en ese aspecto, aún no ha llegado). Un clip en el borde; dos lápices, de color verde, dentro, y un bolígrafo mordido. Un asa tiene, en forma de oreja extraña.
Papeles blancos y letras negras. Un libro en otro idioma, sobre ellos, hace las veces de pisapapeles. La pasta gris. Escuálido, promesa de un vacío interior. Cuatro jóvenes dibujados, dos de cada sexo, en esa tapa. Los de en medio coloreados. Estética de cómic, de cómic depresivo, y deprimente. Guapos, esbeltos, bien vestidos. Idiotas e idiotizados. Recomendado libro de lectura de alguna vaciada asignatura.
La mosca se ha ido, sin duda huyendo de este espacio, de este Centro, buscando la vida en su extraño mundo. Tal vez sea la mejor opción, porque éste no es sino una naturaleza muerta. Y bien muerta, apostillaría.

8 comentarios:

... yiyia dijo...

que maravilla de descripción del Centro... y del vuelo de una mosca
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LaCuarent dijo...

Sereno, me gusta esa parsimonia al pelar una naranja como para llegar a conectar con ella antes de comértela, a mosca con esos ojos evolucionamos no verán nuestra realidad, tal vez la suya sea la buena pero jamas podrán contemplar ese cuadro desde nuestra óptica

Isabel de León dijo...

Uff moscas q nos hacen crear textos viciados...eso es cuando hay muuuuuxo aburrimiento!!!jajajaja...
El mundo d las moscas es muy complejo...un dia tenemos q hacer un estudio sobre su afectacion sobre el ser humano y sus consecuencias...como esta!!quien le iba a decir a ella q se iba a hacer famosa!!fijo q d vuelta a casa la recibieron con aplausos!!si tu,tu!!hoy has sido descrita y retratada!!!seguro q descansara con ilusion y seguro seguro seguro q t vuelve a hacer 1 visita!!!jajajajja...de ahi el nombre d "moscas cojoneras"...siempre vuelven las muy presumidas fastidiosas a contonearse!!
En fin, despues d esta debacle semisurrealista...increible tu capacidad para definir hasta el ultimo gramo de sentimiento...yo estaba con la naranja...pobre victima de la escena...

Saluditos de la chica in scene.

Diego Jurado dijo...

Me alegro de que teguste, Yiyia. Un placer tenerte por aquí.

Diego Jurado dijo...

Cierto, 40añera, pero ni nosotros el suyo... Aunquete confieso que este nuestro me gusta, y mucho.
Un beso

Diego Jurado dijo...

Si que es verdad, terriblemente cierto. Ahí estaba yo, mirando al tendido, y mira... ¿quién me iba a decir a mí que iba a estar hablando contigo de estas cosas? ¡Qué cosas! Pero me gusta hacerlo contigo, entre otras porque me haces reír, y mucho. ¿Con la naranja? Este meree una seria reflexión.
Un beso chica ahí...

Unknown dijo...

Diego amo tu arte!

Anónimo dijo...

Me alegra Adriana de tu disfrute, y me halaga. Mil gracias.
Diego