21/8/08

La violencia como género literario


Hubo un momento en que la violencia me interesó sobremanera. La guerra siempre me resultó especialmente llamativa, y de ella nació mi interés por el origen de la violencia y su naturaleza, desde la antropología.

En los países anglosajones los asesinos múltiples parecen ser relativamente comunes. Sin embargo aquí, en España, o en el mundo latino en general, no, aunque estamos en ello. En 1994 se dio el llamado “Caso de los asesinos de rol”. Transcribo algunas frases del diario de uno de los asesinos.“Yo sería el que matara a la primera víctima. Era preferible atrapar a una mujer, joven y bonita, a un viejo o a un niño.” Tras varios fracasos, se deciden por un hombre que está en una parada de autobús. No voy a relatar más, tan sólo esto, porque me parece… y de una violencia aterradora y suficientemente esclarecedora: “Se me ocurrió, mientras lo acuchillaba, una idea espantosa que jamás volveré a hacer y que saqué de la película Hellraiser… Seguía vivo, sangraba por todos lados. Aquello no me importó lo más mínimo. Es espantoso lo que tarda en morir un idiota… Vi… y me dije: Cómo me paso… Le dije a mi compañero que le cortara la cabeza, lo hizo y escuché un ñiqui, ñiqui… A la luz de la luna contemplamos a nuestra primera víctima. Sonreímos y nos dimos la mano…”.Se puede encontrar con más detalle en la edición de El País de 9 de junio de 1994.

Pero no es eso lo que me interesa ahora, sino la violencia como género literario, que tanto éxito ha tenido y que tantas adaptaciones al cine ha dado. ¿Por qué tienen tanto éxito comercial? En determinado momento de mi vida, por razones que, ahora, sería tedioso explicar (aunque tiene su “con qué”), comencé a escribir lo que en principio iba a ser sólo un cuento: “Dolor y deleite”, donde expresar mi forma de entenderla. Ese cuento se transformó poco a poco en una novela, pero me encontré con algo que no esperaba, y es que no pude seguir. Vi algo dentro de mí que me asustó. ¿Cómo era posible que yo pudiese imaginar el dolor ajeno de esa forma? ¿Cómo era posible que yo pudiese crear algo de ese cariz? ¿Estaba en mí? De lo que no cabe duda es que los monstruos no existen por sí mismos, sino que son productos de nuestra oscuridad, nuestras angustias, nuestros miedos, nuestra alma. Me adentré en el tema de una forma brutal en busca del por qué. Y aún hoy sigo dándole vueltas al tema sin conseguir ver. La novela la hube de terminar. No pude acabar toda la idea que tenía en mente. Y la que iba a ser una novela larga quedó en una corta novela: “El jardín de las delicias (Anamorfosis)”. ¡Demasiada angustia vital! Eso me reconcilió, en cierta forma, con mi propio yo.


Algunas novelas interesantes y análisis sobre el tema:
  • American Psycho. De Bret Easton Ellis. Ediciones B
  • Hannibal. Thomas Harris. Mondadori
  • Crimen y castigo. Fedor Dostoievsky
  • Asesinos. Stéphan Bourgoin. Planeta
  • Psychokillers. Anatomía del asesino en serie. Jesús Palacios. Ediciones temas de hoy.
  • Las semillas de laviolencia. Luis Rojas Marcos. Alianza

No hay comentarios: