25/9/08

Inconstancias

Y de pronto aparecen los recesos en la vida, como resacas intempestivas. Como una yunta de bueyes que tira de ti en la dirección contraria. Como una soga de pita que te ahoga y que te impide. Siempre la inconstancia. Y la inconsistencia, su más fiel aliada. Las razones son las de siempre, o las de nunca. Y te dicen. Lo lamentable es no haber oído las campanas repicando a muerto. Los quejidos surgidos del abismo de tu alma avisando con su inmisericorde miserere en un fúnebre tañido premonitorio. El mundo se desploma como un castillo de naipes mal construido a pesar de los esfuerzos. Y suena la música. Un Réquiem. Por los que van a morir. Por los fallecidos. El tiempo de las tempestades ha terminado. Empieza la eternidad. El vacío. La nada. La falacia de una vida hecha a jirones se desmenuza en polvo de huesos corroídos y no queda. Y te preguntas las razones del por qué de este instante, pero eres incapaz de acertar con la respuesta. Seguramente escondida a quien la busca, o no hay respuesta. Necedad. Los seres inicuos acaban derrotados en su misma miseria, hundidos en ella. Atrapados. Y aun creyendo no serlo, no estarlo, fallecen por inanición. Amargados. El tiempo atempera, pero expone. Y de una forma más cruel, si cabe, que en el momento del deceso. Y es por todo ello que, a veces, no sabes el camino a seguir. Ni tan siquiera si el llevado era el correcto a pesar de las esperanzas y las flores derramadas. Cuánta amargura. Triste el tiempo agasajado. Triste momento. Y el problema es que ya no es tiempo. Es que ya no hay tiempo. Porque este no es el tiempo. Imploras al dios de los desastres y se te niega el hecho. Inconsistencias. Irrealidades. Y ante eso… Nada. Después de eso, nada. Solo tiempo, pero otro tiempo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias federico. Un placer escuchar eso de ti.
Un saludo.
Diego

Crestfallen dijo...

Muy buena entrada, me agrada tu forma de escribir, con esas dosis de existencialismo. Texto expresivo y desgarrador.

Como dijo Anatole France: "La nada es un infinito que nos envuelve: venimos de allá y allá nos volveremos. La nada es un absurdo y una certeza; no se puede concebir, y, sin embargo, es."

Saludos!

Diego Jurado dijo...

Gracias Crestfalen por tus palabras. Y cuánta razón la de Anatole france.
Un saludo.