3/2/09

Delineaciones

Perdemos los días, los tiempos, la vida, a base de errores y de inconstancias. Queremos, pero hacemos lo contrario por no poner en la balanza lo verdadero. Nos equivocamos, a veces, y fallamos en las decisiones. Se nos va lo mejor de la vida, las mejores personas, como la arena entre las manos. No nos sabemos. No nos queremos. Y sabemos que ahí, sólo ahí, es donde está la vida. Y en el arrepentimiento, en el perdón, en el olvido, en el regreso a nuestro yo verdadero, a nuestro alter ego.

Estoy flaco, cadavérico. Me muero por dentro y por fuera. Me duele el alma, el cuerpo, el olvido, el silencio, el vacío, pero sobre todo el dolor ajeno. Es real. Me mata. No me encuentro. No sé el camino. Todas las vías que intento se agotan. Sólo el sueño, que sueño, me mantiene vivo. Las sombras que pasean los espacios vividos, el eco de las palabras, el recuerdo de los sentidos. Pero sólo son sueños, sombras, ecos, recuerdos.

¿Qué puedo hacer para recomponer la belleza destrozada? Floto ausente buscando. Sé lo que quiero, cómo lo quiero y cómo puedo hacerlo. Pero no está en mis manos. Quiero reconstruir la belleza, crear un mosaico de piezas preciosas. Sé que las manos de quien puede ayudar a recomponer los pedazos también sabe, pero… Decepción, dolor, daño. ¿Y cómo puedo solucionarlo? Querer, sentir, creer. Pienso. Vivo. Sueño. Lloro. Impotencia. Ausencia. Tristeza. Vacío. Dolor ajeno que duele más que el propio. No sé dar, a pesar de querer dar tanto. Y quiero. Sé hacerlo. Lo siento. Creo en ello. Vuelta a empezar. Un círculo. Alguien debería romperlo, pero… Me gustaría recomponer la belleza destruida con las piezas rotas, pero preciosas. Crear el mosaico más bello. El mosaico es tan exquisito que sólo pueden realizarlo aquellos artistas que estén inspirados po las musas. Sin mosaicos Santa Sofía no sería tan hermosa.

No hay nada más bello que culminar la montaña. Coronar a base de esfuerzo. Pero la recompensa tiene sufrimiento. No se puede llegar arriba sin él. Y no se debe abandonar si se quiere admirar lo más bello. Eso lo sabemos los que ascendemos. Arriba está el todo, la máxima expresión de lo bello. Y tras el éxtasis, valoras el esfuerzo, el sufrimiento, los malos momentos, los fracasos, y también los buenos, las ayudas, el camino, los detalles, los rincones, los sentimientos. Al llegar arriba y admirar lo eterno comprendes que mereció la pena no tirar por la borda el camino hecho. Arriba todo compensa, hasta el sufrimiento.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Txemita.
Si quieres leer, lee; si quieres comentar comenta. Pero no hagas publicidad de esa tienda de libros. No es el lugar. Ya me dejaste otro comentario igual, y en otros sitios lo he visto también.
Utiliza otros medios.
Gracias.
Diego

Anónimo dijo...

Hola Diego...

Vengo a verte y me encuentro con varios escritos que no he leído todavía. No sé cómo le haces pero yo no tengo tiempo de actualizar tan rápido. Siento mucho si me he retrasado pero aquí sigo, inalterable ;)

Realmente muy honestas tus líneas, puedo identificarme con varias de ellas- que en su momento espero contarte.
Como siempre elocuente y directo, palabras bellas para una forma de expresión perfecta.

Gracias por compartir esto, mi niño

Un beso.

Andro.*.

Diego Jurado dijo...

Hola Andro.
Todo un halago, todo un regalo, tus palabras y tu presencia. Inmerecido sin duda. Siempe es un placer saber de ti y leerte.
Gracias a ti por compartir tu tiempo conmigo, aun tan breve, tan lejano.
Mi niño. me gusta esa expresión, muy andaluza, muy argentina, muy chilena. Muy oída por mí, muy querida cuando me la han dicho.
Un beso.
Diego