12/3/09

En torno a la violencia

La violencia es un fenómeno complejo. Demasiado complejo a veces. Depende de muchos factores su análisis.
La violencia objetiva se produce cuando una conducta agresiva es una acción intencionada, con un propósito definido y con un objetivo establecido con anterioridad. Es decir, cuando el agresor es consciente de que está agrediendo, o que lo que hace sabe que es entendido por el agredido como una agresión.
La violencia subjetiva se produce cuando la persona considera que un acontecimiento atenta contra su integridad psíquica, física o moral. Y en este caso puede ocurrir que el que realiza el acto no haya tenido intención de generar violencia, pero la genera en la conciencia del receptor. Aquí, la violencia es subjetiva, nunca objetiva.
De ahí se puede deducir que la violencia radica en quien la percibe. Puede haberla en función de quién es el observador del hecho, y eso varía en cuanto a la existencia de una multiplicidad de factores.
¿Es violencia proteger, mediante la fuerza, a alguien de sí mismo? ¿Es violencia impedir, mediante la fuerza, el suicidio de una persona? ¿Es violencia, utilizar la fuerza, para impedir que una persona dañe a otra? ¿Es violencia, impedir mediante la fuerza, que otra persona haga algo que el emisor cree que puede ponerle, al receptor, en peligro? Podría poner mil ejemlos. Anorexia, detrminados casos bélicos, de personas...
Incluso, a veces, esa violencia se pude magnificar, agrandar, el acto ser visto por emisor y receptor como cosas absolutamente distintas, toda vez que también se es subjetivo en cuanto al hecho en sí mismo. Es todo excesivamente complejo. Pero no se debería juzgar, nunca, el hecho aislado de todas las circunstancias que lo rodean. De cualquier forma es cierto el aserto de que la violencia engendra violencia. Pero también es cierto que un hecho es visto de distinta manera por dos personas, y que incluso un hecho visto por una puede ser considerado violencia y por otra no. Todo depende de esa multiplicidad de circunstancias, cultura, educación, miedos, experiencias pasadas, temores… Se debería poner distancia en el hecho y tratar de ver con asepsia. Pensar bien, hablar bien, actuar bien, decía Tao-The Ching.
Aun así, el diálogo debe imponerse, y la violencia desterrarse. Cualquier tipo de violencia. Pero se puede hacer ese análisis, o se debe. Quizás eso nos ayudaría a ver determinadas cosas, a comprenderlas, a perdonarlas. Quizás eso nos haría más humanos. O no. No lo sé. Por cierto que bello es el tema final de Vangelis en Blade Runner. La música es un buen antídoto para erradicar la violencia.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola soy Llum, mi ordenador esta moribundo. Pero apesar de ello saco el modo de leer tus escritos. Me gustan mucho! Ya hablaremos... tengo cosas que contar, jejeje
besos adios

Anónimo dijo...

¡Hola Guapa! Me alegra saber de ti. Y que saque ese tiempo para mis cosas. Gracias por el placer que me das al llerlos y que te gusten.
Si, ya hablamos y me cuentas. ¿Con unas cervezas?
Un beso. Chao guap.
Diego

Anónimo dijo...

Diego,
No puedes tener más razón en todo lo que has escrito. Que el diálogo se imponga ante la violencia es un sueño que todos tenemos, quién sabe si podremos cumplirlo siempre, en todos los aspectos.

Gracias por compartir esta reflexión

Un beso enorme, mi niño. Cuidate

Anónimo dijo...

Hola Andro.
Gracias por tus palabras, como siempre. Espero qe el sueño se haga realidad, o que al menos se luche y se conciencie la gente de ir por ese camino.
Gracias a ti. Un placer siempre, ya sabes.
Otro igual para ti.
Diego