1/3/09

Mirando por Madrid

Madrid está triste. Ha amanecido con un gris metálico que suaviza todas las líneas. Me gustan los días de lluvia, los grises, los que te abren las calles a la mirada, pero hoy encuentro triste todo esto. Las personas andan deprisa bajo los paraguas. Las colas en el Prado son más cortas. Me gusta la quietud de los paraguas, multicolores, sobre las cabezas. Los bares, en cambio, están atestados. La gente sonríe ante las cañas, entre el humo, y habla y habla, gesticula. Debe de ser el acogimiento que el calor proporciona. Aunque no sé si será el humano. Espero que sí. Madrid me gusta más con sol. Tal vez por las anteriores veces que he estado. Con sol y frío. Hoy hace frío, pero no hay sol. Me gusta, pero… le falta algo.
Llevamos sentados un rato en un banco frente al museo, mirando, mientras la oigo, aunque no la escucho. Debería pero no lo hago. Miro a los ojos de un niño que lleva en brazos una gitana rumana que se pasea, con su ropa de mil brillantes colores que contrastan con el gris plomizo del cielo, alegrando la vista casi tanto como la sonrisa de los ojos del niño, a pesar de tanto. Las personas de la fila giran la vista al oír la voz de ella con su mano extendida. El niño me mira. ¡Qué ojos! Toda una experiencia esa mirada. Tan pequeño y tan… ¡Qué vida! Me levanto del banco y le pongo un billete, a ella, en la mano, mientras acaricio, al tiempo, la cabeza de él. Ella me mira sorprendida mientras el niño me sigue sonriendo. Esa es la mirada que da, la que busco, la que llena. Una mirada que ilumina, como pocas he visto en esta vida. El día es bonito a pesar de tanta tristeza. Me siento otra vez.
¿Y si apruebas qué vas a hacer? Me dice. Ni idea, le contesto. Ahora mismo no tengo ni idea. Antes lo sabía pero ahora no. Nueva York esta muy lejos, o muy cerca. No lo sé. Ya veremos lo que me dicta la vida. Miro como se va el color de ellos a otra parte. Cómo me gustaría poder tener, ahora, el brillo de la mirada del niño en mis pupilas. A veces la vida se decide por una acción que cambia la percepción del tiempo.
Recuerdo el sueño que tuve anoche. Me movía en un campo de trigo acariciando, mientras andaba, con la palma de la mano las espigas de los campos ocres en primavera, mientras me acercaba a una figura desdibujada, a mi hogar, como volviendo. Y después mi cuerpo se elevaba sobre pétalos de amapola. Extraño. O no. Me recuerda algo.
No sé. No sé qué haré, le repito ante su mirada incrédula. Ahora mismo no sé nada. No merece la pena preocuparse. Fíjate en la gitana y en la mirada del niño. Eso sí que es importante.

8 comentarios:

Crestfallen dijo...

Qué bonito texto, Diego! Siempre hay una nota de color en la inmensidad gris que nos rodea. Nos preocupamos por muchas cosas y a veces nos olvidamos de pequeños detalles que nos pueden hacer sentir bien, como brindar nuestra ayuda a los que nos rodean. Qué poderosas pueden ser una mirada y una sonrisa, verdad? Dices que "a veces la vida se decide por una acción que cambia la percepción del tiempo", una gran verdad.
Un besazo!

Anónimo dijo...

Gracias Mireia.
Y qué ojos, de verdad; qué forma de mirar, y de sonreír. Sin palabras. Caminamos en el gris creyendo que sus matices son los colores verdaderos, de ahí que nos conformemos con todo lo mediocre y nos digamos: está bien,estoy bien.
Un beso.
Diego

Helen Maran dijo...

Diego te dejo un saludo y un buen comienzo de semana,te queria avisar que publique hoy, Rígido Tiempo y ha quedado muy lindo, un abrazo de luz Helen.desde Israel.

Anónimo dijo...

Un placer Helen, y un honor,viniendo de ti y teniendo al lado a quien tienes. Lo miraré y seguiré visitándote.
Un abrazo y otro fuerte para Rudy.
Diego

__ dijo...

La primera entrada que leo de tí... me gustó mucho.

Casualmente, acabo de terminar una entrada sobre un niño que me topé por la calle con una mirada muy triste, ese tipo de miradas que me conmueven, y me hacen preguntarme si de verdad estoy viviendo de la mejor manera.

Aunque... también un tipo de mirada como la que describes, un detalle así de pequeño, logra darnos la fuerza para luchar por lo que de verdad queremos.
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Te agradezco la visita por mi blog (no sabes cómo agradezco un comentario, casi nunca tengo ...) Me alegra que te haya gustado lo que escribo, a penas estoy empezando (tengo 15 años), así que poco a poco intento escribir mejor, buscando con una cámara fotográfica la inspiración.

De nuevo, muchas gracias. Me gustó mucho tu blog...

Daniel.

SUSURU dijo...

Vengo del blog de HELEN MARAM y me pegó fuerte tu escrito sobre el Tiempo. Me gusta tu blog y lo que desarrollas.
Escribo desde Buenos Aires, Argentina y cuando gustes te invito a pasar por mi espacio creativo virtual:
http://unosyotros.blogspot.com

Aquí está lloviendo y es verano y ya es hora de irme a dormir....ni idea de la diferencia de horarios.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hola Daniel.
Me alegro que te gustase la entrad, y el blog. Un placer. Coincidimos en gustos sobre determinados aspectos de la vida,la personas y la literatura. Y eso está bien, no esmuy común hoy día.
¡La mirada! es tan difícil sustraerese a ella. Pero hay que saber mirar,como decía Saramago, es todo un proceso de aprendizaje, y de querencia, añadiría yo.
No hay por qué dar las gracias, es un placer, me gusta como escribes. Lo haces bien, y con el tiempo lo harás mejor. Tienes base y un lenguajmuy cuidado y amplio. Leer, mirar, vivir y cuidar el lenguje, esa es la base.
Me seguiré pasando, me gustan tus cosas,y te pondré comentarios. Siempre ayuda, pero es lo de menos. Yo escribo para mí, lo demás es accesorio.
Gracias a ti. Seguiremos en contacto.
Un saludo.
Diego

Anónimo dijo...

Hola Susuru.
Me alegra que te gustase el escrito. Y lo mismo de mi blog. Mepasaré por el tuyo y ya te diré. Un placer tenerte por aquí. Y más viniendo de Helen y Rudy.
Argentina. Conozc mucha gete de por ahí. Gran país, a psar d tantas cosas. Aquí frío lluvia. Pero la pimavera siempre llega. espeo.
Un abrazo.
Diego