17/4/10

Hay un cuadro en mi mente

Hay un cuadro en mi mente que me ocupa espacios y tiempos, pensamientos continuos, a destiempo o en él, en el tiempo. Un cuadro que me habla, que me dice despacio formas y colores, y sentimientos también. Es como si algo, dentro, me impeliese a volver atrás, a decir las palabras con el color, con las líneas. Y no entiendo muy bien por qué. Quizá resurge aquella antigua forma de expresión; quizás. Tal vez no debí hacerlo nunca, el apartarme de la pintura; tal vez no debí dejarla de lado, abandonada. Tal vez no debí hacer caso a las palabras ajenas y obviar mi interior, mis sentimientos, mis querencias, mis instintos. A veces ocurre eso, escuchamos a los demás y nos olvidamos de lo que nos susurra nuestro interior, nuestra alma, nuestro corazón. Quizá fue un error abandonar aquella vía de creación, de expresión, el tratar de expresar sentimientos mediante el pincel, de mostrar mundos, reales o imaginados, al margen de las palabras, de expresarlas sin estar, sin su grafía –a pesar de su belleza-, en un lienzo, en una madera o en cualquier material. Quizá. Quizá sea el momento de retomarlo, de volver a empezar, de nuevo, otra vez, de expresar así, de expresarme así también, para mí, por mí; tal vez.
Es una imagen extraña, un cuadro extraño, que será la expresión de una lluvia de lágrimas de colores, del llanto de las estrellas en la noche, en el fondo negro, tenue, de una noche ausente de luz, cuajada de líneas que resbalan por el oscuro espacio, por el negro terciopelo de la sombras, como perlas de color que resbalasen suave, con la delicadeza de una música tranquila, delicada y quieta, que acompañase esos momentos en los que estás cuando eres necesitando. Líneas del rojo de amapolas, del verde de la hierbabuena, del amarillo de los girasoles. Línea a línea, perla a perla, iluminando la noche, salpicando el firmamento oscuro, coloreándolo, resaltando el bellísimo azabache. Y es que siempre haces que lluevan colores, en la noche, cuando estás, cuando me sonríes. Me haces crear de una forma que…
Lo haré. Lo pintaré. Debo hacerlo y lo haré.

6 comentarios:

Ruth Carlino dijo...

Sí Diego, y será genial que lo hagas, que lo pintes. A veces nos taladran tanto que acabamos abandonando parte de nuestros sueños, pero aún llegas más que a tiempo para retormarlo. Tengo un amigo que le pasa lo mismo que a ti, pero éste en vez de decir, -sí lo voy a hacer-, sigue buscando un sinfin de excusas internas para demostrarse que no puede hacerlo; una verdadera pena.

Un beso mi querido pintor.

Unknown dijo...

Un día yo pinté las lágrimas de colores.
Espero volverlo a hacer. Ahora van cambiando del negro al gris, y del gris pasarán al blando y del blanco,ahí justo en ese momento, las iré pintando de los colores del arco iris.
Si lo haces antes tú, avísame. Quiero saber lo que se siente.
Un biquiño.

Elisabeth dijo...

juste quelques mots
c'est magnifiquement bien écrit
et tellement juste
un beso
Elisabeth

Anónimo dijo...

Lo haré Ruth,por supuesto que si. Dejé de pintar hace años, pero es el momento de hacerlo, y esa idea, la de ese cuadro, me seduce mucho, es fuerte en mi mente. Me gusta retomar cosas que han sido y son de verdad, muy dentro de mí.
Gracias, Ruth.
Un beso para ti también. En cuanto a lo de pintor, eso ya es harina de otro costal.
Diego

Anónimo dijo...

Así es la vida, Carmela. Pero los sueños, sison de colores, no hay que dejarlos de lado, y hay que recrearlos, pintarlos una y mil veces, hasta que volvamos a expresar ese arco iris perdido. Siempre está si se quiere, siempre. Al menos yo lo creo.
Te lo contaré. Imagino lo que se siente. Y es.
Otro para ti. Me gusta como suena en gallego.
Diego

Anónimo dijo...

C'est un plaisir de le voir ainsi, Elisabeth. Je suis très heureux. Merci beaucoup.
Encore un beso pour vous. En espagnol! Il est parfait.
Diego