5/7/09

El placer de la palabra

Muchos problemas tienen una solución más fácil de lo que parece. No lo creemos, pero así es. Las personas cambian o pueden cambiar, pero a veces, somos tan necios, tan tercos, que tampoco lo creemos. Y perdemos por no hacerlo. Lo que es, es, siempre. Más si se es de verdad y se quiere ser.

He aprendido que en este mundo algunas personas están cuando te necesitan, pero cuando no es así te marginan como a un leproso. También he aprendido que hay otras que están siempre. Las menos, es verdad. He aprendido también que en este mundo se puede vivir sin principios, pero que no se debe.

Es sencillo ser correcto, buena persona, ser como hay que ser. Es sencillo hacer las cosas como se deben hacer, las que hay que hacer, ser como hay que ser.

Me gusta jugar, pero jugar los juegos en los que todos pueden participar, en los que el placer es mutuo. Donde sólo juega uno no me gusta jugar, no es divertido, sólo hay crueldad.

Hay veces que olvidamos el camino fácil para la solución de los problemas. Olvidamos a veces hablar. Nos centramos en nosotros mismos y nos encerramos en un círculo del que es difícil salir. Un círculo viciado por nuestro único parecer, subjetivo, interesado, y en ocasiones equivocado. Hablando con personas que te quieren bien, sin interés de ningún tipo, desde la sinceridad, se pueden ver las cosas con mayor objetividad, y obtener las soluciones con más facilidad, sobre todo si viene de la inteligencia, el desinterés, el amor y la amistad. Pero hay que ser humilde y aceptar, querer ver y escuchar. Soy así, creo, o en el camino estoy. Escuché, y de ahí… Comentarios, correos, me instaban a seguir aquí. Leí, pensé y hablé. Lo haré, pero sin olvidarme de quién soy y por qué estoy aquí. Sin agobios, sin obligaciones, sin necesidades, por placer, por el placer de escribir por y para mí. Y si causa placer a los demás, emociones o ayuda, me alegraré aún más. Sabiendo, por otra parte, que el daño, si lo hay, no es querido ni pretendido, escribo para mí. Los efectos secundarios de mis palabras no los puedo evitar. Espero de la inteligencia de los demás. Hay personas que creen en el bien y eso es suficiente.

Me siento bien escribiendo aquí. La cultura debe ser libre y estar al alcance de todos, y escribir forma parte de ello. Las editoriales son vampiros que quieren sacarte la sangre por tu trabajo, tu tiempo y tu imaginación a cambio de migajas y de que cambies parte de tu obra adaptándola a la comercialidad que vende más. No es mi estilo y no voy a ir por ahí. No necesito más dinero para ser feliz. Me encuentro bien así. No necesito dinero para crear, para escribir, que es lo que quiero, no vender.

Siempre es bueno ser sincero, hablar directamente y decir lo que se siente, lo que se cree, lo que se quiere; decirse lo que se debe y no se debe; saber por lo que merece y por quien merece la pena luchar, reír, mirar, soñar y penar; ser sincero y coherente con uno mismo y con los demás. El resto es egoísmo, cobardía, mentira y mediocridad. Allá cada cual.

A veces nos lo jugamos todo a una carta, y está bien jugar, me encanta, pero en la vida, con esa jugada, es posible que ganemos, pero, con toda seguridad, lo más probable es que perdamos, sobre todo si no sabemos rectificar, y más triste aún es que pudiendo rectificar, tras la pérdida, no lo hagamos.

Me dejaré llevar por las sabias palabras de las personas que me quieren de verdad, de las que saben escuchar, de las que saben hablar, de las que saben amar, esas que siempre están. Me dejaré llevar por mis intuiciones, por mis sentimientos, no por la razón, que es fría en exceso. Seguiré escribiendo aquí, creyendo, queriendo, con pausa, con tiento, sabiendo…

8 comentarios:

Andrea dijo...

Me alegra que hayas hecho caso de los que saben, de los que siempre están y te quieren bien. Me sentí algo identificada en tu texto, éste es un mundo bonito, lleno de palabras amables y encuentras mucho talento pero como todo en la vida, también tiene su parte difícil, a mi, como a ti, me gusta escribir aquí, me da un poco igual si cae bien o mal lo que escribo, porque lo hago para mi pero intento hacerlo desde el respeto hacia los demás. Y la verdad es que me encanta. Un beso Diego, me gusta tu forma de expresarte.

Anónimo dijo...

Las personas estan y siempre estaran para aquel que las respeta y sepa que la libertad de uno termina cuando empieza la de los demas. No cambias Diego, es una lastima. Es bonito hablar solo de las cosas bellas y contar siempre lo que nos interesa, mostrar solo lo que nos interesa... Suerte en tu viaje.

Anónimo dijo...

Sí, creo que llevas razón Andrea, es agradable escribir aquí y encuentras talento y personas. Sin embargo el daño que se hace a veces, me deja un regusto amargo. Pero hay personas que saben decir y escuchar, porque a veces uno se crea un círculo vicioso del que no sabe salir. Siempre desde el respeto, el problema es que a veces las palabras se pueden o pueden equivocar. Pero bueno, rectificar y seguir.
También me gusta tu forma de escribir (y parecida...), qué y cómo lo dices.
Un beso y mil gracias.
Diego

Anónimo dijo...

Sí, es bonito hablar de la belleza, es lo mejor, creo, lo otro es menos agradable, aunque por aquí algo hay de eso que dices, de lo no bello, de lo que no nos interesa, de mostrar esas otras imágenes. ¿Crees que debo ponerlo en su total crudeza?
Tal vez debería hacer relecturas antes de publicar para tratar de no equivocar o no parecer lo que no es. Es el problema de las palabras. Nunca digas nada que no sea más bello que el silencio que rompes, ¿verdad? Cierto. Y lo siento. Nunca he dudado de que las personas están en esas condiciones. De otra forma serían idiotas o esclavos y jamás desearía ninguna de esas cosas para ti, ni para nadie. Sé que estás cuando y cómo puedes. Lo sé. Sé cómo eres. Las palabras son sólo eso, palabras, que a veces dañan y equivocan y están equivocadas... Lo siento.
Gracias por tus deseos. Sabes que son de verdad.
Jamás te imaginé por aquí.

AnDRo dijo...

El placer de la palabra, nunca mejor explicado ni resumido. Un verdadero placer es también leerte.
Un beso!

Anónimo dijo...

El placer es mío, Andro, más leyendo tus palabras. Me alegra saber de ti y verte por aquí. Mil gracias.
Otro para ti.
Diego

Mireia dijo...

Vaya, Diego, hacía días que no entraba en tu blog, me alegro que sigas publicando!
Sí, a veces las soluciones son más fáciles de lo que creemos.
Besos!

Anónimo dijo...

Hola Mireia.
Me alegro yo también, como de verte por aquí. Siempre es un placer tenerte al lado.
A veces son más fáciles. El problema es que los demás te comprendan o hacerte comprender, aunque a veces también el problema radica en saber expresarte o bien, o una mezcla de todo. pero bueno, tratando de ser uno mismo y tratando, al tiempo, de no dañar.
Un beso.
Diego