12/9/09

El recuerdo de las personas

En un lateral de la carretera de la vida, en su cuneta, se nos suelen quedar personas de verdad. A veces para un tiempo, a veces para la eternidad. Personas que pudieron ser, que fueron, que nos dieron, a las que les dimos, con las que aprendimos, con las que compartimos, con las que sufrimos, con las que reímos, con las que vivimos la vida de verdad. Personas que se quedan por distintas circunstancias. Y perdemos. Perdemos mucho. Y ahora, con el tiempo, lamento la pérdida por lo que dejaron de aportarme, de enseñarme, por la merma de su disfrute vital. Y decimos, es así, pero no, no lo es, al menos a veces, pero no es así, lo hacemos así. Y lo peor es que nos rodeamos de personas, a veces, que no nos dan nada, ni enseñan nada, ni aportan nada; que, a veces también, sustituyen a las otras, que parece que nos dan. Y no, y lo sabemos o no, y nos damos cuenta o no, pero con el tiempo, si somos, lo vemos y quizá lo lamentamos, pero en ese momento nos rodeamos así porque lo necesitamos, o porque no vemos, o porque no tenemos a nadie más a quien recurrir o porque queremos oír o porque…
Y me pregunto, a veces, dónde estarán esas personas, cómo les irá, si están aún, hacia dónde fueron y cómo lo hicieron, si se quedaron en el camino o lo siguen haciendo. Y sonrío, con cierta alegría, por lo que fueron, me dieron y supusieron para mí, y con tristeza por lo que perdí con su ausencia, y con una alegría inmensa por haber tenido la fortuna de conocerlas y de haber compartido un momento de vida con ellas.
De ese lateral de la carretera de la vida, reapareció hace poco una de esas personas. Recordamos. Sonreímos. No era la persona que recordaba, ni me pareció el camino que llevaba el que buscaba, del que hablábamos, el que prometía. Lo vi en su mirada y en sus palabras, aunque quería ocultarlo. ¿Y yo? Es posible que viera lo mismo en mí. Tal vez pensara que mi camino era errado. Espero que no, y aun con traspiés y lentitudes espero no haberme equivocado; espero seguir aprendiendo y, aun con trabas y desviaciones, seguir viviendo como creo que se debe hacer, seguir mirando. Aunque pudiera estar equivocado. ¡Quién sabe!
Las personas cambiamos, no somos los mismos o no me lo parecen. Quizá soy yo el que he evolucionado, quizá veo la vida de forma diferente, quizá soy muy exigente, tal vez fuese mejor quedarse en la tranquilidad de la nada, de la normal apariencia, de la simplicidad, que no sencillez. Pero la veo bien así, y la disfruto, aunque a veces sea inclemente. Me gusta vivir con todo lo que hay en ella, pequeño y grande, y descubrir sintiendo y mirando y aprendiendo y mejorando, o intentando hacer todo eso, con mis limitaciones y mis errores y fracasos, levantándome y siguiendo.
Y me ha gustado encontrar y recordar. Pero no era aquella persona que creía y soñaba y… Y aun así está bien. Fue una alegría inmensa. Y me recordó una canción de U2, de hace mucho; que habla, de alguna manera, aunque no exactamente o también, sobre estas cosas, sobre las personas que perdemos en el camino de una u otra forma, de la pérdida, quizá del punto de partida. De… Es Kite, una canción que me emocionó como pocas, que siempre me puso la piel de gallina y un nudo en la garganta, y que lo sigue haciendo, por la voz de Bono, por ese directo (que me gusta y me dice más, y que era quizá el momento), por lo que dice y por cómo lo dice, por tanto.
¿Qué habrá sido de las demás personas importantes que han pasado por mi vida y que ya no están? Pienso en ellas a veces y me queda un regusto amargo y cierta tristeza por no tenerlos, por no saber de ellas, por no estar con ellas, por lo que viví con ellas.
Hoy, que ya hace tanto o tan poco, me voy a poner a recordarlos. A recordar sus buenos momentos, sus buenos actos, sus sonrisas, sus llantos, sus miradas, lo que vivimos tanto.
Para todas esas personas que están en mi recuerdo, para todas ellas, este pequeño recuerdo, este pequeño homenaje. La vida es música. Tal vez nos salve la delicadeza.


4 comentarios:

Ruth Carlino dijo...

Preciosa canción de uno de los grupos míticos que nunca pasan de moda.

Las personas que dejamos atrás, o que nos dejan, muchas veces nos escusamos en las circunstancias, en la lejanía, pero no es la causa real, sino nuestra dejadez frente a ellas o de ellas frente a nosotros. Siempre quedan los gatos recuerdos y algunas fotos en el baúl de de la memoria. Creo que un buen recuerdo es importante para mantener viva esa relación aunque no nos comuniquemos con ellas.

Por otra parte, son tantas las ilusiones, sueños y metas que uno se pone al principio del camino y que luego quedan olvidadas en la cuneta, sometidas, volviendo a acusar a las circunstancias..... pero a pesar de todo volvemos a ser nosotros mismos los forjadores de nuestro camino, y nosotros mismos los que por alguna razón, dejamos de luchar por ellas.

Profundas reflexiones, porque son más de una la que nos regalas en esta entrada.

Besos Diego.

Anónimo dijo...

De las que me más me han gustado siempre de U2, Ruth, de las tres o cuatro favoritas mías de ellos.
Llevas razón, al menos mantener los buenos recuerdos; y la dejadez, el abandono, las circunstancias, sí; al menos queda eso, el recuerdo grato, gratificante y agradecido de ellas.
Y, por otra parte esperemos no dejar la senda emprendida, a pesar de tanto que se te pone en contra, esperemos seguir mirando, viviendo como sabemos, intentándolo, luchando por ello. El camino que uno hace es el camino que uno elige.
Muchas gracias, Ruth, por tus palabras, por tu paso. Siempre es un placer.
Un beso.
Diego

AnDRóMeDa dijo...

Asi es, Diego, cuentas mucha verdad en tus líneas.
Hay personas que nos marcan y cuando se ausentan de alguna manera, es algo que nos sacude internamente. Me siento muy afortunada de conocerte. Ha sido enriquecedor. Lindo escrito.
Un beso enorme!

Anónimo dijo...

El afortunado soy yo al conocerte, Andro; un verdadero placer y tremendamente enriquecedor.
Me alegro que te haya gustado y que sientas esas sacudidas dentro, en las ausencias de las personas que son para uno. Dice mucho de ti.
Un placer tenerte por aquí, como siempre.
Un besazo. Cuídate mucho.
Diego