22/9/09

Un momento para ser

¿Qué es lo que pretendemos? Nos levantamos tarde. Es al final de la ciudad, cuando la recorremos, donde está la rendición, o la redención. El mundo está al final del camino y todos son extraños. Yo quiero la verdad, sólo la verdad. Yo quiero sentir. No quiero que haya roturas. Necesito algo de calor humano, un toque de humanidad, un momento de ternura.

Todo son distancias. Sangre. No hay sentimientos, sólo aullidos. Yo sólo quiero un toque de humanidad. Algo de eso. Sólo eso.

Garras. Fuego. Miras y sólo hay oscuridad. Miradas vacías que ignoran. Maniquíes que se mueven como fantasmas de terciopelo. Yo quiero enseñarte que hay algo, algo más allá del dolor. Algo pequeño, brillante, de color, que es lo que hace que todo sea. Ya sé que no es demasiado, pero es lo que tengo, lo que soy. Y es la luz. Un humilde rayo de luz que hiende la oscuridad. Quiero enseñarte que soy. Yo quiero darte un roce de calor humano, un momento de ternura, una mirada, una caricia. Nada más que mi mano.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

me gusta muchisimo, me enamora. bs

Ruth Carlino dijo...

Un momento para ser.........para ser una misma en medio del caos y el abismo, para encontrarse o reencontrase, para mirar y ver, para observar de tal modo que con ello se rasgue el frágil tul que envuelve la superficie lo que observamos.
Un momento para ser........para parar en seco o echar a andar, para correr, para perderse, para volver.
Un momento para ser..........para reír o para llorar, para embriagarse de emociones y sentimientos.

Precioso Diego, no sigo que ocupo demasiado espacio con mis divagaciones.

Anónimo dijo...

Me alegro de que te guste.
Diego

Anónimo dijo...

Puedes seguir cuanto quieras, Ruth, sobre todo con esas palabras. La belleza no debe coartarse, y en tus palabras está, por tanto...
Un momento para todo, sí, un momento.
Gracias Ruth, por tus palabras, por el regalo.
Siempre un placer.
Diego

Andrea dijo...

Yo, no se, el calor humano sale de mi a raudales, a veces deseo aplacar los sentimientos, que se tranquilicen un poco dentro de mi, estoy convencida que siento demasiado, tonterías mías quizá, pero tu pequeño texto me conmovió.
Un abrazo Diego!

Anónimo dijo...

No creo que se deban aplacar los sentimientos, creo, pero es sólo una creencia personal, por tanto no me hagas mucho caso. Y sentir demasiado no es malo, aunque a veces provoquen desasosiego y malestar, pero sentir mucho es impresionante, una suerte; no hay muchas personas así. Y si el calor humano sale de ti a raudales, Andrea, entrégalo, repártelo. No hay mucho en el mundo; las personas somos muy egoistas en ese sentido. Ya me gustaría encontrar personas así. Escasean.
Gracias Andrea.
Un abrazo.
Diego