6/5/09

Levedad


No hay lugar bajo la lluvia. La piel ya no me resguarda. Mira. Gira a mi alrededor como una niña de colores, como las estrellas del universo, cuando, mientras bailo, miro. No pienses más. Como la primera vez. Sé en mí. Siente que no hay problemas. Dame la llave que abre la puerta a lo conocido y a lo desconocido. Será un placer. Habrá brillantez. Habrá dulzura.
¿A dónde voy? ¿Qué tengo que hacer? Alrededor sólo hay cosas, y cuando miro hacia arriba sólo veo oscuridad y los puntos brillantes desgranando sonidos que no alcanzo a comprender. No hay lugar bajo la lluvia. Por eso, gira, gira a mi alrededor. Mírame y ven. Será un placer.

4 comentarios:

AnDRoMeDa dijo...

Muy refrescante escrito, Diego.
Me ha gustado mucho la forma en que describiste el desprendimiento, el gozo, la apreciación de los detalles. Como siempre, vigorizante.

Un beso enorme, mi niño.

Andro.*.

Anónimo dijo...

Gracias Andro. Me alegro de que te gustase. Un placer.
Cuídate mucho.
Un beso para ti también.
Diego

Anónimo dijo...

Me gusta, Diego. Ya no sólo lo que escribes, (cuyos textos pueden llegar a parecerme desde brillantes, excepcionales e imponentes, a sencillos y embriagadores), sino la repercusión directa que sobrecae en los lectores, o quizá en este caso sólo a mí. La repercusión y las ganas de conocer, de poder llegar a transmitir tanto en tan poco, de legar a utilizar las palabras adecuadas, de saber describir con tanta gracilidad. La pasión que transmites por algo. Indescriptible.

Muchas gracias por tus textos.

Anónimo dijo...

No sé qué decir ante esas palabras. Sólo darte las gracias y esperar que sigas disfrutando de ellos como lo haces.
Me has dejado para el arrastre.
En cuanto a la pasión, supongo que si la transmito es porque la vivo, porque la siento. Así soy, es cierto.
Sin embargo, cambiaría esa capacidad por un momento de ternura, por un abrazo, por una palabra, por una mirada...
Un placer, y gracias de nuevo.
Diego