25/6/09

Lentitudes


Es tiempo de apagar el fuego y detener las tormentas que atraviesan con sonidos inclementes. Tiempos que abrasan los caminos hasta su final. El fuego en el hueco negro. El amor. Rendición. Locura. Ya siento el alma como un agujero negro. El principio sólo es volver hacia atrás, al principio, a las riveras del alma, a las orillas de lo insondable. Necesito nombres. Ahora puedo ver todo, cuando todo vuelve a mí. Me rindo. Sigo los pasos que me llevan. Floto en el agua del río que me lleva. Oigo los sonidos de una guitarra que llora por “soleás”. Es real el camino de la realidad, pero incompleto. El final es el momento de la rendición. Siempre hay sorpresas cuando la mirada te eleva la cara que mira, sólo, al suelo que pisas. La ves y entonces lloras. Placer.

Necesito los sonidos, la música. Yo nací sintiéndote, esperándote. Ven para hacer, solo, lo que tengo que hacer, colorear el corazón de colores brillantes. Sólo quiero sonidos, los tuyos. Lo igual es lo que era, la verdad, cuando te vuelves y me das el regalo de tus ojos que expresan. La soledad es eterna. La búsqueda es agotadora. Ven y dame los sonidos para que se abran mis entrañas a la vida y grite. Escucha el silencio, me dices, y desaparecerá la soledad. Levántate y anda. Hazlo y estaré a tu lado, como las burbujas del champán ascienden, doradas, hacia la luz, hacia la paz. Juntos haremos la danza que acalla, que eleva. El alma será tan pura, tan grácil, tan nívea, que podremos mirar con los ojos limpios desde ella. Ven ahora y dame el aire para que pueda respirar el calor de esos ojos de otro mundo, profundos, eternos, que me hieren y me matan, que me dan la vida, que me hacen despertar, que me hacen ser lo que soy, lo que eres, lo que somos.

Si el arco iris hace que tu vida se convierta en una locura, me gustaría estar ahí, a tu lado, para mirarte, porque cada cosa que tú haces es lo que me da la vida, incluso las locas, o quizás más. No sé por qué, pero es. Cambia mi alma cuando eso sucede. Las montañas están ahí para que el cielo las corone y te muestren que esta noche yo puedo volverme loco si el mundo no entiende que todos los colores que te adornan son el color de tu mirada. Color que los reúne todos, como tu alma, mar donde quiero despertar dormido, para ver la vida. Yo las subiré para verte desde lo alto, arriba, donde todo es. Allí estaré, mirando.

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