23/3/10

La belleza veneciana

Venecia otra vez, y mil veces que la viera y jamás me cansaría. Tiene ese aire -a pesar de los turistas- de oriente, de ciudad dormida, ausente, donde hasta el aire parece de otro tiempo, de otro instante, como si estuvieras en un espacio que no es, que sólo es intuido o quizá soñado. No sé. Es como mirar un cuadro de Canaletto, y cierras los ojos y te paseas en él. Y al tiempo está soñando la voz de Peter Gabriel, porque es como soñada, o me lo parece; y también es, tan suave y decadente, tan nostálgica en esta canción, The boy in the bubble. Y cómo me gustaría poder estar contando todas estas cosas con un vermú en la mesa, delante, de un bar pequeño y bonito, cálido, de luces tenues, rodeado de humos y de voces bajas, y poder decirlas mirando a los ojos y ver los gestos y los cambios de expresión. Pero… Pero son otros tiempos... Y San Marcos se aparece, tan bizantina, ya vista mil veces y que tantas ganas tenía de volver a ver, como Ravenna y sus San Apolinar, y sentarme en el césped, bajo esos pinos que hay en Italia de anchas y altas copas, de marrones, largos y pelados troncos. Cuánta nostalgia de lo no tenido. Cuánta belleza la presente. Cuánta nostalgia de tantas cosas. Siempre se echa de menos lo bueno cuando no lo tienes. A veces tanto que te produce un dolor intenso, tanto que hiere, y a veces, incluso, mata. Pero bueno. Beber lo tenido y recrearse, seguir el camino de la belleza, ese que es, el que se puede, el que se tiene, el que se sabe. De la mayoría no queda ni quedará nunca recuerdo, al contrario o al igual que de determinadas ciudades. De otros sólo se recordará porque fueron en quienes hicieron; del resto, la minoría, se recordará aquello que crearon, fueron y sintieron, porque su vida fue una búsqueda perenne de la belleza, la verdad y la vida, aunque no se lo reconocieron; admirados y por lo mismo envidiados, arrastrados, quemados en esta hoguera de las vanidades, por no ceder a la simplez generalizada, a la idiotez permanente, a la estulticia, a la nada aparente. Qué bella es Italia, Venecia, Ravenna. Sólo, y parece una idiotez, por comerse una pizza rustica, ya merece la pena echar un vuelo, cuanto ni más por pasear los ojos por Venecia y sus canales, por ver lo que vio y pintó Canaletto.

11 comentarios:

Ruth Carlino dijo...

Gracias por traer hasta aquí tu mirada que tanto hace sentir, tanto que siempre enciendes la necesidad y el deseo. Italia, una de mis tantas asignaturas pendientes, pero me gusta pensar que aún llego a tiempo a todo.

Besos querido amigo, y disfruta de tu viaje.

Marisa dijo...

¡Ah, Venecia! Al leer tu relato has traído muy buenos recuerdos a mi mente, Diego. La decadente Venecia, el tiempo detenido en sus canales y sus góndolas, la magia hipnotizante de San Marcos, el puente de los suspiros y los demás que tantas imágenes han reflejado... Es un viaje en el tiempo.
Florencia, Roma, Siena....Italia es una sensación...y sus pizzas...ni te cuento,jeje.
Gracias por este viaje en el espacio y en el tiempo, Diego.
Un besito

sky walkyria dijo...

para soñar a veces
necesitamos viajar


besos

Lara dijo...

Hay que bonito ver los canales, las góndolas,etc.
Ya me contaras como te lo has pasado y te tengo que hablar de unas cosas pero tienen que ser privadas
Besos, Diego
Y disfruta

Lara dijo...

¿Como puedo hablar contigo en privado?
Besos,Diego

Lara dijo...

¿Te puedo pedir opinión?
Si le escribo esto a mi chico crees que le gustará:
-Si fuera yo el mar y tu la roca subiría la marea para besar tu boca.
Dime si le gustará o no como si te lo estuviera diciendo a tí
Besos,Diego

Anónimo dijo...

Siempre llega si se quiere que llegue. En cuanto tengas un momento, te vas.
Un beso, Ruth, y gracias.
Diego

Anónimo dijo...

No sé por qué, Marisa, pero Italia suele tener buenos recuerdos para casi todo el mundo. Italia te da mil sensaciones, es cierto.
Gracias a ti.
Un beso.
Diego

Anónimo dijo...

Y para viajar, a veces, necesitamos soñar. Pero ¿quién viaja de verdad? Y, lo que es peor, ¿quién sueña?
Besos, Sunny.
Diego

Anónimo dijo...

A ver, Lara. No soy un consultorio sentimental. Y de privado, nada. ¿Vale? Esto es otra cosa y para otra cosa.
Diego

Lara dijo...

A ver lo siento por malinterpretarme yo no he escrito nada sentimenatal se que pone mi nombre pero yo no soy, y lo de preivado tu as entendido otra cosa te lo digo aqui era para ver si los libros los vendes porque me interesan mucho y me gustaria leerlos.
Lo siento si lo has entendido mal.
Besos,Diego