10/1/08

ME ALQUILO PARA SOÑAR


Evelinda no tuvo nunca un novio. Y eso que lo buscó con ahínco. Pero ni por azar. Y es que esas cosas pasan, aunque ella no lo comprendía como tal. Siempre vio la vida pasar. Como si de un cine se tratara y a ella le tocase estar sentada, siempre, en las filas de atrás.
Tenía una ligera renquera, y un no sé qué al mirar. Quizás por eso. Pero también, y sin lugar a dudas, por algo más. Algo que nadie advertía o no quería, que vaya usted a saber, que la gente es muy miope y se niega a ver, o no sabe mirar.
Tenía un alma apagada, de dulce posar, cándida y desparramada, casi como todo lo demás. Y, quizás, tan sólo quizás, eso, tampoco, dejaba lugar.
Hasta que vio un anuncio, en un periódico vulgar, que pudo leer a escondidas, en la parte de atrás, que decía: “Me alquilo para soñar”….

2 comentarios:

anónima dijo...

Es un relato, ¿verdad? ¿Lo seguirás? Parece interesante y tierno. Por favor continúalo. Gracias.

Diego Jurado dijo...

Lo haré. Me legro de que te gustase. Pero no sé cómo ni cuando. Yo hago las cosas así. Me surgen a impulsos. Sólo tengo el principio y el final. El resto saldrá cuando pueda y de la formaque lo haga.