17/12/08

Cosas sueltas. Ojos rotos.


Te muestras en tu ausencia repitiendo las palabras bellas que dijiste un día a un alma deshecha, rota en mil jirones, en pétalos de añoranza, buceando entre las cenizas desligadas de cigarrillos fumados a impaciencias, inhalados en pensamientos huidos, sin retoques.

Tengo la mirada del gélido invierno anclada en el alma. Ni un rescoldo inmaculado queda de la llama iniciática que alumbró el camino, que alimentó el sueño. El viento ya no araña, arrasa. El viento arrastra y pudre agrandando lo deshecho, convirtiendo el azul de aquella en denso fuego, en tenebroso infierno.

Garantízame la paz y te daré lo que me pidas. Te traeré el ámbar de los mares de coral y la lluvia del país donde no hay vida. Garantízame el amor y la eternidad te daré en poesía. Te regalaré mi alma en un cofre decorado de sueños inventados para ti. Garantízame tu ser y te daré por siempre mi vida. Aleja de mí tu ausencia y te daré el universo.


Y esto, por el placer que sé que provoca el escucharlo aun en la ausencia:

4 comentarios:

Crestfallen dijo...

"El viento ya no araña, arrasa. El viento arrastra y pudre agrandando lo deshecho, convirtiendo el azul de aquella en denso fuego, en tenebroso infierno."

Magistral fragmento!
Muy buen texto.

Anónimo dijo...

Genial escrito, muy conmovedor y atrayente...

Saludos!

Diego Jurado dijo...

Gracias por tus palabras Crestfallen. Demasiado cre para merecerlas. Un placer en cualquier forma que las leas y las sientas.
Un saludo.
Diego

Diego Jurado dijo...

Gracias Andrómeda. Tus palabras ayudan a percibir que las cosas que se sienten y se dicen son. Un placer.
Me pasaré por tu blog en cuanto tenga un momento.
Un saludo.
Diego