29/1/09

Vivir

Para vivir como únicamente merece la pena, debemos tener la capacidad de sorprendernos ante la inmensa diversidad de respuestas por cualquier desafío, por toda esencia. El deseo de dejarse sorprender es lo que le da sabor a la vida y es el único antídoto a la uniformidad y a la rutina. Cada día debe amanecer para nosotos con una total virginidad. Cada día es toda una vida.

4 comentarios:

Crestfallen dijo...

Hola Diego:

Pocas palabras bastan para expresar lo que has dicho. Una sabia verdad. ¿Qué sería de nosotros sin esas sorpresas que nos revitalizan, que nos hacen sentir, que nos producen alegría y nos dan vida?
Explorar cada día como si fuera algo novedoso: ojalá actuáramos así! Es posible. :)

Que estés bien, besos!

Anónimo dijo...

Gracias Mireia. Lo intento, el estar bien, me refiero. Sobre lo otro, así es, o debería serlo, pero siempre hay circunstancias, tiempos... que nos hacen, que nos dan, que nos quitan lo cierto y lo incierto.
Malos tiempos estos.

Un beso.
Diego.

Crestfallen dijo...

Te mando ánimos, Diego, ya verás como poco a poco todo se soluciona y mañana verás las cosas con otros ojos.
Fuertes abrazos!

Anónimo dijo...

Gracias Mireia. ¡Mañana! ¡Qué cosas! Y siempre espero, pero como llega. Nunca llega lo que espero. Aunque mi esperanza está ahí. Siempre confío en ella. Llegará, espero.
Un fuerte abrazo.
Diego