Sólo quiero que llegue la noche, tras la noche del día, para poder esconder mi alma a la vida y no sentirla para no notarla, para intentar vaciar la mente en el sueño que nunca llega y no apreciar el dolor amargo que hay en mi ser. Sólo quiero cerrar los ojos y lograr la muerte que no llega, y poder dejar esta vida inclemente en que me hallo. Sólo quiero apagar la luz para no sentir el suplicio que aflige a este ser, que ya no siente sino amargor, pero el interruptor vital siempre es reticente y me impide dejar esta vida que me oprime. Sólo quiero abrazar el frío cuerpo de la parca y dejar este mundo que me vence y que me ahoga. Sólo quiero coger un arma y vaciar el cargador sobre mi cuerpo, disparar y apagar esta vida que no es vida, terminar con lo empezado. Sólo quiero clemencia, quitar el seguro y apretar el gatillo, que suene el percutor. Y en el resplandor del disparo, en la velocidad de la bala al entrar en mi cuerpo, espero, sólo espero, por última vez, verte, y así poder tenerte en mi mirada, en mi alma, en mi mente, durante un último segundo, durante un último instante, y de ahí ya por siempre. Sólo así podré. Debo hacerlo. Ser clemente.
2 comentarios:
cosas mas bonitas escribes solo una pega pon lo que le escribes a ella que se nos antija te chifla y por ti un poco a todos
Vaya. Lo malo es que uno escribe lo que le sale, cuando le sale y de la forma que lo hace. No se escribe por encargo, ni por deseo sino por necesidad.
Me alegro, de cualquier forma, que sean de tu gusto las cosas que escribo.
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